Cine dentro del cine. Magnífico espectáculo televisivo. Lo que hay tras la pantalla. Una serie con un guión perfecto, donde nada sobra, que escarba en la vida y miserias de Joan Crawford y Bette Davis, en su odio personal a lo largo de los años, pero también es su nefasta relación con sus familias, amigos y gente de Hollywood. Pero esta autopsia en vivo no se hace desde una visión escandalosa al estilo "Tómbola", sino que se acerca a ellas con sumo respeto, recordando que las dos actrices son un mito hollywoodiense.

Para ello elige el momento en que se cruzaron sus vidas profesionales, el rodaje de "Que fue de Baby Jane" en 1962 y todo lo que sucedió antes, durante y después de la producción. El guionista usa un falso flashback desde 1977, aunque también sigue la línea temporal del relato. Realmente, más que flashback, los personajes que hablan comentan la jugada como si fuesen tertulianos televisivos en un rodaje de un falso documental.

Además de un guión redondo y magníficos diálogos, la serie goza de dos actrices en plenitud. Lange y Sarandon bordan sus papeles. Y eso que encarnan con diez años más a los personajes reales. Son interpretaciones llenas de matices, que te las crees. Y con ellas, Alfred Molina como Bob Aldrich, el director de Baby Jane, como alguien que intentará calmar, infructuosamente, las aguas de un torbellino de odios y rencores. Pero hay más riqueza en el resto de secundarios. Ninguno sobra y todos enriquecen este patchwork sobre la vida de estas dos divas legendarias.

Hay muchos detallitos en la serie. Desde la Pepsi-Cola hasta esa carta que la Crawford le envía a su hija mayor firmándola como "Queridísima mamá". Años después, esta hija escribió un libro-escándalo sobre su vida con su madre, titulándola así y siendo llevada al cine por Faye Dunaway, a la que también mencionarán en la serie como la única actriz que podría interpretar a la Crawford. Inteligente homenaje.

El único "pero" que pondría es la ausencia de los hijos varones de ambas actrices en la historia. Tuvieron importancia real en su vida y ni se les menciona.

La serie te atrapa. Quieres saber más. Es oro de muchos kilates para los degustadores de las historias de la época dorada de Hollywood. Se disfruta. Y mucho.