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Feud: Bette and Joan (Miniserie de TV)

Serie de TV. Drama Miniserie de TV (2017). 8 episodios. La serie explora famosos roces y enemistades entre celebridades y miembros del mundo del espectáculo. Esta primera entrega cuenta la historia de la legendaria rivalidad entre dos de las más grandes estrellas de cine de todos los tiempos, Joan Crawford y Bette Davis, centrándose sobre todo en la relación de ambas actrices en 1962, con una película que esperaban relanzara sus carreras: "¿Qué fue de Baby Jane?". (FILMAFFINITY)  [+]
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Críticas 35
Críticas ordenadas por utilidad
18 de abril de 2017
34 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
En inglés, Feud viene a ser algo así como rifi rafe familiar, y debo reconocer que me enfrenté a la serie con grandes dudas ante esta riña de gatas de uñas afiladas. Las mayores, enfocadas a cómo co**nes se iba a interpretar a ese par de fieras escénicas que son la Davis y la Crawford. Y lo que era mi duda principal se resuelve ya con la primera mirada de Sarandon y el delicioso labio de Lange.
Y es que ambas, juntas y por separado, parecen haber obrado el milagro de ser poseídas por las actrices originales, en unas interpretaciones sublimes, impecables, espectaculares.

La idea original, firmada por Murphy, lo que a día de hoy ya es un garante serio, es simplemente perfecta.
Narrar todo lo que envolvió el rodaje de aquella Baby Jane Hudson, una de mis pelis favoritas de la historia, marcando bien las diferencias entre lo real y el chisme, entre el amor y el odio, la envidia y la admiración más sentida, nos deja, capítulo tras capítulo con la boca desencajada.

En cuanto a la dirección artística, la banda sonora, el vestuario y el maquillaje hay muy, muy poco que decir, aparte de que son de matrícula de honor.
Como las interpretaciones de todo el reparto, en especial esas dos diosas de la interpretación que son Jessica Lange y Susan Sarandon. Y en el ring, aunque me cueste asumirlo, vence por K.O. la Sarandon, magistral.

Es cierto que toda la serie tiende a divinizar el personaje de David frente al carácter manipulador y enfermizo de Crawford, con la que cuesta a ratos empatizar. Yo, fiel devorador de clásicos y conocedor de todos los chascarrillos maliciosos que largó Hedda Hopper en el Hollywood aviejunado de la época, he echado en falta aquellas réplicas salvajes, a la par de brillantes que le dedicaba Bette a Joan.

Lo mejor: Ambas actrices
Lo peor: Cierta displicencia con un personaje frente a otros.

La serie va a acaparar todos los premios habidos y por haber... Y ya está en marcha la season 2 con Lady Di y Carlos. Menos glamour, fijo que tendrá.

A día de hoy, IMPRESCINDIBLE.

Mención aparte merecen esos créditos a lo Gatti, sobrecogedores
javieritos
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6 de junio de 2017
26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica serie que ahonda en la vida y circunstancias de dos sublimes actrices pertenecientes a la aristocracia de Hollywood, en su etapa final.

Una delicia enfrentarnos al cine desde dentro, con sus intrigas, odios, rencores y alianzas. Magistrales diálogos, escenas, ambientación... Un lujo de creatividad partiendo de una vidas tan conocidas como las de Bette D. y Joan C.

Si buscas buen cine, lo encontrarás en esta serie para televisión.
MIRADA MILENARIA
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7 de junio de 2017
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mantengo una relación desde hace tres años por esta página con un tipo con el que comencé hablando de cine, y hemos ido progresando hasta llegar a cultivar una fabulosa amistad.

Me cansa la gente, y habitualmente al cabo de poco tiempo, suelo darme cuenta que... bueno, lo que había, se agotó. Pero en ocasiones descubres con sorpresa que el salto se produce. Y sucede que resulta increíble lo que alguien puede saber sobre tí sin conocerte.

Mi amigo de esta página me recomendó esta serie. Si, vale, tenía buena pinta, pero tampoco es que me "desgüevara" por ella. Este fin de semana, cuando llegué de rebozar mi cuerpo con otros humanos por el fango, comencé a verla... y... DIOS.

Lo mejor del año.
ALIENTO
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1 de mayo de 2017
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todas las series y antologías de Ryan Murphy están pensadas como una carta de amor a las obsesiones del director. Si Glee quería mezclar las esencias del musical con el mundo adolescente, la saga American Horror Story daba una visión moderna de los clásicos de terror y American Crime Story de las grandes películas judiciales. Ahora, con su nueva antología, Feud (enemistad, en inglés), el norteamericano hace un repaso de las rivalidades más fuertes de la historia anglosajona. En esta primera temporada, se reviven las peleas de las las míticas actrices Bette Davis y Joan Crawford, divas de la gran pantalla, pero víctimas de una industria cinematográfica centrada en los hombres.

Si la primera temporada de American Crime Story tenía la vocación de ser un relato racial de una época determinada de la historia de Estados Unidos, Feud: Bette and Joan lo quiere ser del machismo del Hollywood más clásico. Las dos protagonistas lucharán contra la presión constante de no envejecer para no dejar de trabajar, de sostener a sus familias, de aguantar sueldos menores y obligaciones mayores que el otro sexo. La propia Crawford llega a decir a Robert Aldrich, el director de ¿Qué fue de Baby Jane?: “Tú esto a Kirk Douglas no se lo harías”.

Para interpretar a dos de las mejores actrices de toda la historia del cine no podrían contratar a cualquiera. El dúo Davis-Crawford lo da vida en la pantalla Susan Saradon y Jessica Lange, dos de las actrices más míticas y veteranas del cine actual. En muchos de los momentos de la serie, éstas hacen de ella un recital de ellas mismas. Sin duda, ambas podrán constatar con su larga experiencia ese machismo que tanto denuncia Murphy y, viendo sus filmografías, la falta de papeles interesantes debido a su edad.

Sin duda, en su impugnación de un sistema social preferente para el hombre, Feud consigue su máximo esplendor. De hecho, de sus ocho capítulos, cuatro están dirigidos por mujeres. Murphy predica con el ejemplo. Pero, el discurso social y sus buenas intenciones no pueden echar la vista a un lado ante sus imperfecciones.

Por un lado, la obsesión de Murphy por denunciar ese machismo le hace olvidar en algunos momentos la trama de la serie. No hay que pasar por alto que la razón por la que está grabándola es por narrar el enfrentamiento entre Crawford y Davis. Murphy siente la necesidad de hacer avanzar la trama constantemente, es incapaz de centrarse en las escenas en la que esta mítica enemistad hace sus mayores enfrentamientos. Los momentos de discusiones y gritos son cortas, estridentes, sí, pero el guión no deja espacio para saber el por qué de esta enemistad y la razón de su continuación en el tiempo. Murphy prefiere, en este sentido, fijarse en los detalles más morbosos de la historia y dejar de lado el relato humano de dos mujeres que no se soportan la una a la otra. En American Crime Story, ante todo el relato se centraba en el juicio a O.J., el relato social estaba todo el tiempo implícito, pero siempre como algo complementario.

Por otro lado, la serie se vendió como el enfrentamiento entre ambas actrices durante el rodaje de ¿Qué fue de Baby Jane? (1963) y se traiciona a sí misma en el momento en el que en el tercer capítulo, de ocho, termina el rodaje y la historia prosigue muchos años más. Los títulos de crédito, geniales en su adaptación de muchos de los elementos del film, pierden el sentido cuando la película queda atrás en los años de la serie. Una narración más calmada, tranquila, centrada en el rodaje del film y de sus relaciones humanas y en el machismo de una manera menos obvia habrían convertido a Feud: Bette and Joan en una grandísima serie como lo es American Crime Story: the people v. O.J. Simpson.

Hay dos escenas, esenciales, que deberían haber tenido mucho más espacio en la serie. La primera, una conversación en un restaurante de noche entre las dos protagonistas, en el capítulo 3. Lejos de los gritos y los insultos a los que estaban acostumbradas, ambas divas hablan con honestidad sobre lo que las mueve y los problemas que se encuentran en el día a día. Ambas se dan cuenta del secundario papel que tienen en la sociedad y lo mucho que les cuesta salir hacia adelante. El magnetismo entre ambas intérpretes es bestial, pero la escena no dura más de cinco minutos. Murphy nos elimina el placer de degustar grandes interpretaciones con grandes diálogos, a fuego lento.

Por otro lado, pese a que hay un capítulo dedicado en exclusiva a los Oscar de 1963, en el capítulo la ceremonia en sí solo ocupa quince minutos. La jugarreta que le hace Crawford, no nominada, a Davis, nominada, es legendaria ya, y sin duda habría sido más placentero disfrutarla sin tener el pie de Murphy en el acelerador todo el tiempo.

Además, el creador norteamericano ha perdido una gran oportunidad de repetir la clave del éxito de la primera temporada de American Horror Story. En ella, las referencias cinematográficas eran constantes. Ver un capítulo significaba buscar en cada plano todos los escondidos homenajes a grandes películas de género. Sin embargo, en Feud lejos de las magníficas recreaciones de las películas de sus protagonistas, pocos más homenajes hace Murphy al cine de esa época tan grande. En esta serie limitada los homenajes tenían más razón que nunca. Una verdadera pena.

Feud: Bette and Joan se convierte en un producto mucho más ligero y superficial de lo que podría haber sido. Si Ryan Murphy se hubiera centrado más en darle consistencia a sus personajes y situaciones y menos por el morbo que tanto lo caracteriza, estaríamos ahora ante una fuerte contendiente para la temporada de premios. Eso sí, Lange y Sarandon que estén atentas, que algún galardón sí que les puede caer. Feud tiene grandes momentos, sobre todo de los roces entre las dos protagonistas. Pero sus carencias no la convierten en la obra mayor que podría haber sido.

Bette Davis. Joan Crawford. Si es que son figuras insondables.
Alberto Monje
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9 de julio de 2017
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo que de pequeño vi una película que se titulaba ¿Qué fue de Baby Jane? Que yo pensaba que era muy antigua, entre otras cosas porque era en blanco y negro y porque tenía ese aire de cine clásico de Hollywood... y que la había dirigido un tal Robert Aldrich, que yo no sabía quien era (y tampoco me fijaba por entonces en esas cosas). Me gustó, pero, tampoco sin parecerme nada extraordinario, supongo que porque me esperaba más una película de terror, cuando realmente es más bien un drama, como mucho un thriller.

Luego resulto que no era tan vieja (bueno, era de los 60, cuando el color ya estaba más que inventado), que el tal Aldrich era el mismo de 12 del patíbulo (que a mi me había parecido mucho más entretenida) y que, vista después, con más años, tampoco estaba tan mal, aunque puestos a ver películas de viejas estrellas venidas a menos prefería por ejemplo el Crepúsculo de los Dioses de Billy Wilder.

Cuando empecé a ver Feud, la serie, lo hice porque pensé que era una especie de historia sobre “cómo se rodó ¿Qué fue de Baby Jane?”. Y en cierto modo lo es... Pero es más que eso.

Como el propio título se encarga de indicarte es la historia de la rivalidad enfermiza y las envidias entre dos grandes estrellas del cine, ya bastante maduras y venidas a menos (Joan Crawford y Bette Davies), pero con un ego inmenso, y de cómo acaban trabajando juntas en una película en la que precisamente retratan eso: la historia de las envidias y miserias entre dos hermanas, ya ancianas, una de las cuales fue una gran estrella cuando era niña.

Lo que hace interesante a la serie no es la parte del “como se hizo...” sino la manera en que te cuenta como la rivalidad personal entre (las jugarretas mezquinas que se hacen la una a la otra, las pataletas de diva...) las dos actrices acaba reflejándose e influyendo en la película y afectándola (para bien y para mal).

La serie trata de imitar –y lo consigue bastante bien- el aire y el ambiente clásico del Hollywood dorado esos años ya desde el principio, desde los títulos de crédito iniciales. Si te suena el “estilo” de esos títulos de crédito y te recuerdan por ejemplo a los de “Atrápame si puedes” en realidad es porque estos ya eran un homenaje al estilo de los títulos de crédito que a finales de los 50 y principios de los 60 hacía Saul Bass (para películas como por ejemplo Vértigo, Psicosis, o Anatomía de un asesinato).

Supongo que la parte más difícil de hacer una serie como esta (de hacerla bien) es encontrar a dos pedazo de actrices que sean capaces de interpretar a dos grandes estrellas de Hollywood. Creo que ha sido todo un cierto elegir a Jessica Lange para ponerse en la piel de Joan Crawford y sobre todo a Susan Sarandon para hacer de Bette Davies. Y no es que los secundarios estén mal, en absoluto (especialmente Alfred Molina haciendo de Rober Aldrich, pero también Kathy Bates, Catherine Zeta-Jones,...) pero la verdad es que estas dos casi los eclipsan por completo.

Sin ser complaciente, la serie también deja ver el lado humano, las inseguridades, las dudas de las dos divas. Sí, es cierto que son dos viejas arpías con un ego de tamaño oceánico, pero también se retrata perfectamente como esa rivalidad fue alentada y explotada por la propia industria y sus mecanismos, desde los ejecutivos de los estudios, hasta la propia prensa rosa o de cotilleo de la época: la crearon, la alimentaban y se encargaban de reavivarla cuando parecía que decrecía o se apagaba un poco. Lo cual tampoco quita que las dos actrices fueran envidiosas, mezquinas y egocéntricas.

Tampoco falta su toque reivindicativo feminista: era una época en la que no es que la industria cinematográfica estuviera dominada por los hombres... simplemente es que las mujeres no pintaban nada más allá de ser actrices, y las que no salían en pantalla porque lo que querían era hacer películas podían aspirar a ser scripts, o como mucho, ayudantes de dirección.

La serie no es demasiado larga, tiene una duración bastante cómoda: sólo 8 episodios, lo cual es de agradecer. Y aún así creo que los últimos episodios “bajan” bastante el ritmo y el nivel. Desde la escena de la ceremonia de entrega de los Oscars (que creo que es el punto álgido de la serie), la verdad es que todo va cuesta abajo... No se, quizás no es que le sobren esos últimos episodios, quizás simplemente es intencionado y buscado, y lo único que pretenden reflejar es precisamente lo que pasó en realidad (y lo que se cuenta en los últimos episodios): que después de eso, la propia carrera de las dos actrices nunca remontó, que fue un lento deslizarse cuesta abajo.

Parece que tendrá segunda temporada, porque van a seguir un formato “tipo antología” en el que cada temporada tendrá un equipo distinto y contará una historia distinta. No se si la historia de rivalidad que han encontrado para sustituir a esta (la de Carlos y Diana de Gales) estará a la altura. Veremos.

En fin. Interesante y muy recomendable de ver. Aunque también sería buena idea revisar antes Qué fue de Baby Jane?... De todas formas os darán ganas de ver la película después si no la tenéis fresca.

Más en: https://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2017/07/feud-que-fue-de-bette-y-joan.html
Seldon
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