Kathleen Turner despuntaba en una cinta de gran componente erótico. Es tan sensual, tan erótica y tan dura que te marcará a fuego la pasión por el género.
Una femme fatale en un exponente del cine negro clásico, palabras mayores. La fotografía hace que sudemos a chorro, que nos metamos en esa cama y que soñemos con esa mujer. Las interpretaciones hacen que nos metamos en la cabeza de ese hombre, torturado sin remedio y arruinando su vida.
Una película que si la vemos en verano nos dará más calor del que hace seguramente.