En 2006 se estrenó en los cines una simpática aunque por momentos pesada película sobre un pequeño pingúino emperador sin voz cuya única razón de ser es el baile. Excluido por el resto de la colonia a causa de su "anormalidad", Mumble (voz de Elijah Wood) renuncia a su amor por Gloria (Brittany Murphy) y decide irse a explorar el mundo, viaje que le lleva hasta la civilización humana. En un mundo donde la canción era la esencia del alma, él puso ritmo a su corazón. A través del viaje de Mumble, "Happy feet" se convirtió en el vehículo de un dulce mensaje ecologista, quizás demasiado sencillo y predecible, que conquistó el corazón de los críticos de Hollywood hasta el punto de darle el Oscar a la mejor película de animación.

Ahora Mumble y Gloria (voz de Pink, debido al fallecimiento de Brittany Murphy) tienen un adorable y esponjoso pequeñuelo, Erik, que al igual que su padre años atras es diferente a los demás, pues tiene una capacidad nula para el baile. Avergonzado por este hecho, el pequeño decide abandonar al grupo junto a sus dos primos. Su padre es quien sale a buscarlo, pero al regresar a sus tierras con los niños encuentra a los pingüinos emperadores atrapados por un iceberg gigante. Mumble deberá buscar ayuda para que puedan sobrevivir y salir de allí, si bien la tarea no se perfila como posible frente a semejante desastre natural. Otro gancho añadido es que hay una historia paralela a la de los pingüinos: la de dos camarones, o krills, Will (Brad Pitt) y Bill (Matt Damon), que deciden apartarse de su grupo por las dudas existenciales de Will, a quien ya no lo conforma su mundo y desea “avanzar en la cadena alimenticia”.


Tras 5 años llega la continuación de la historia pingüinesca conservando algunos de los elementos que convirtieron en éxito la primera, aunque con resultados bien distintos. Así "Happy Feet 2" acaba de fracasar en taquillas americanas con una recaudación que no alcanza ni la mitad de lo que su predecesora. El resbalón y posterior batacazo de este film no lo salvan ni la excelente animación digital (ahora en 3D), ni el doblaje ni el requetemanoseado mensaje de "aceptate a ti mismo y a los demás".

Demasiado infantil y sosa para que un adulto la disfrute, aunque es posible que los más pequeños de la casa acaben apreciandola.