Me ha parecido muy curioso todo el tema de las mentiras. Adrien se inventa esa historia de amistad con Frantz para acercarse a esa familia rota por el dolor cuando lo que busca desde el principio es su perdón. Al final es a Anna a quién le hace toda su confesión y ella, a su vez vuelve a mentir a sus suegros para no hacerles sufrir. En el fondo, también es una forma de amar a las personas que ella quiere. No querer verles sufrir aunque su vida, a partir de ese momento, también sea otra mentira y repita el papel que hizo Adrien con ellos. La historia se repite pero su finalidad es parecida: el perdón y el amor.

Por último, el final me ha parecido triste y a la vez muy bueno. Anna consigue superar la muerte de su prometido amando, y perdonando, a Adrien que fue quien mató a Frantz. En este sentido es muy importante el mensaje sobre el perdón que le da el cura cuando Anna se confiesa. Aquí creo que es cuando en Anna se empieza a gestar esa semilla de comprensión y amor hacia Adrien. Quizás no fuera un amor real si no una vía de escape para huir de ese dolor. Pero lo cierto es que ese final, mirando el cuadro de “El suicidio” de Manet ( un cuadro que refleja la muerte), Anna hablando de las ganas de vivir y esa imagen pasando del blanco y negro al color…pues chapeau!