Jack Nicholson tiene una fuerza brutal. Jessica Lange es seductora, bella, perfecta, sublime… al menos, en esta película (no he visto más películas de ella). Con estos mimbres, te sale una película buena, sin importar la historia. Aunque solo los sientes en una mesa, con un foco alumbrando a cada una de las caras. Además, la historia es buena, aunque sabida (Crimen Perfecto, Perdición, Perversidad, etc…). Mujeres que incitan a matar a su marido para liberarse. Como si los hombres no fueran perversos también, pero en aquella época (años 30, cuando se escribió la novela), parecía más suspicaz que una mujer fuera de esa manera. Ahora, ya nada sorprende. Y en domar a los salvajes asesinos andamos. Ahora, que es tiempo de manadas asquerosas que se comportan peor que animales carroñeros, que comen por hambre, no por ocio estúpido.

Me ha encantado la película, esta segunda vez que la he visto. No recordaba el conjunto de la misma, mas sí la escena mítica de la cocina, una de las más eróticas de la historia. Borré de mi encéfalo ese polvo postmortem morboso en los helechos del bosque. Qué cosas… año 81… Pasar de la censura a la más inoperante inquina.

Ciertas fases de la película me resultan inocuas. Es por ello que no la magnifico con un 10, aunque sí la recomiendo para su visión y revisión. Jugar con Jack es siempre hacerlo a caballo ganador, ya sea con dados, con naipes o con su gloriosa estampa.