Deliciosa comedia, para un fresquito domingo por la tarde, deleitándome con el talento de Lubitsch, así como de todos los actores que trabajan en esta película. Resulta enriquecedor ver que, con un guión teatral, se puede llegar a disfrutar de una manera sencilla, sin alardear grandes sumas de dinero, solo teniendo una imaginación admirable.

Me resulta curioso que se ambiente la historia en Budapest, pero así debió ser la historia original, y Lunitsch no osó alterarlo. Luego, la historia empieza desde el primer momento a presentarnos a los personajes todos juntos. Es un ambiente laboral no muy distinto al que podamos encontrar en cualquier empresa pequeña hoy día.

Y lo de las cartas… oh Dios mío! Si es justo lo que ocurre a día de hoy con las redes sociales. Nos creemos que hemos inventado algo, cuando hace 80 años ya se conocía la gente por correspondencia, ya se creaban esas ilusiones, ya existía ese amor ciego “Galilea”.