Comedia disparatada en el año del lanzamiento de una jovencísima Sofía Loren, que seduciría al mundo en las décadas posteriores, con su cuerpo escultural y explosivo, y su cara hiper sexy. Debió ser una bomba en aquel momento encontrarse a una mujer así en pantalla, desnudándose tras un arbusto y bañándose en el mar con su bañador. Por un momento pensamos que vamos a verla como su madre la trajo al mundo.

En lo sucesivo, vemos una trama MacGuffin deshilado e histriónico, con Mastroiani ingenuo de cuna, que solo se ve atraído sexualmente por la diva, al principio, y luego por sus regalos caros (y robados).

Los pelos en los sobacos de Sofía llaman la atención, y como escena, la de la abuela tomando café y robando la cartera del taxista.

En general, entretenida, es agradable ver Roma en blanco y negro (el mercado de Trajano), el Coliseo y el Foro Romano. Hace poco estuve por allí y he podido ver ciertos vicios que aún guardan los Itálicos en sus genes.