La primera luna de miel de la historia en una plataforma petrolera en el mar, resulta ser una entretenida historia, en donde se narra cómo es eso de empezar de cero un pozo petrolífero. Ni qué decir que en el año 1953, el progreso era algo muy distante a lo que es ahora, en los tiempos de Greta Thunberg (Thunder). Ese trato violento a la naturaleza, sobre todo en el último siglo, ha cambiado los ecosistemas a una velocidad de rayo.

Sin embargo, esta es la historia de un soñador, financiado por otro loco. James Stewart es muy dado a ese tipo de papeles, aunque cuesta coordinar lo que representa el petróleo con el protagonista de “Qué bello es vivir”.

Al final, nos queda una película corta, pero sabrosa, con un auténtico documental de pozos petrolíferos.