La película es extraña, como extraña fue la vida de este parásito asqueroso, asesino de chicos y de animales, cobarde, con rostro de idiota, o más que de idiota, tanto que casi no habría palabras para describir semejante anormalidad, conocido por el apodo de "El petiso orejudo" (hasta el apodo, junto a su aspecto físico dan náuseas). Decía que la película cumple con contarnos la historia, terrible, de este engendro retardado. No se le puede exigir demasiado, por esta razón.
Las actuaciones son un poco afectadas, no demasiado prolijas (Maribel Verdú está bien, como siempre), pero por lo menos, se ha dado a conocer la leyenda de esta cucaracha de mierda (con perdón de las amables y dulces Blattodeas), que con toda impunidad, dedicó su puerca vida a masacrar vidas inocentes.

Podría haberse llamado de otra manera, pero creo, que el director, por ser amable, y educado, y para evitar groserías, no le puso el verdadero título que la película sobre este enano pelotudo, bastardo, hijo de puta se merecía..."el niño de mierda" (con perdón de la mierda).

PD: Tengo que reconocer mi profunda envidia a aquellos afortunados presidiarios que tuvieron la chance de destrozar a golpes el lamentable y payasesco cuerpo de esta estúpida bestia vomitiva.