Soy cinéfilo, un apasionado del Fantástico y escritor de novelas, las cuales muestran una cierta influencia cinematográfica. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: BUENA.
He aquí una notable película de Fritz Lang. Cuando comencé a visionarla lo hice con cierta reticencia a tenor de la historia que retrataba y la evidente denuncia que viajaría en el filme a causa de la época y su director. Por supuesto era fácil acertar en esto, pero no tanto en cuanto al ingenio derrochado en la misma. Lang sostiene con maestría el pulso de la cruda historia que nos relata, sincronizándola con precisión y dotándola de un encanto impropio de este género. Encanto, en cuanto tiende a relajarnos en puntos concretos a través de una ironía, cuya mirada nos hace contemplarlo todo con la perspectiva de quien observa con atención los avatares que la historia del mundo vierte en un momento dado sobre los seres que lo pueblan. Seres dominados por sus emociones, tales como el odio, la nobleza, la crueldad, la redención, la ambición, la venganza o incluso el perdón. Ya desde el comienzo, cuando vemos al sobrio Brian Donlevy huyendo por las calles de Praga, algo se adosa en nosotros. Es el sentimiento que desprenden los planos, atrapándonos y arrojándonos en su paleta en blanco y negro. Walter Brennan borda su papel con maestría, alzándose como el personaje más recordado de la función. Ann Lee también está magnífica. Y en su conjunto, lo está cada uno de los intérpretes, ya sean los caracterizados de alemanes o aliados. Cuando terminé, quedé gratamente sorprendido, y en mi corazón se adosó una emoción ambivalente, mecida en el drama y la hermosura.