Liam Neeson es el hombre de acción del momento. Ni Statham ni Willis ni cualquier otro que se precie puede llegar al status que se está forjando el irlandés a golpe de sudor, sangre y disparos. Quién se lo iba a decir hace unos años que podía enfrentarse él solito a todo tipo de comandos o secuestradores equipados con un arsenal de armas a sus espaldas mientras Liam solo contaba con o que llevaba en los bolsillos. Pero es un hombre de recursos y lo vuelve a demostrar en "Non-Stop".

Se siente bien en este tipo de papeles desde que, allá por 2008 se adentró en esto de la acción sin pausa, protagonizó la aclamada "Venganza" (bueno ya había sido parte del nuevo Batman) que derrochaba acción inteligente con un papel de justiciero para salvar a su hija. Ahora vuelve a trabajar con el español Collet-Serra ("Sin identidad" también era bastante espídica) para traer esta "Non-Stop" que tiene subtítulo en España pero que no le hace falta con solo leer la sinopsis.

En un avión todo es posible. Esta debe ser la premisa con la que trabajaros los guionistas porque de otra manera no se puede entender las mil vueltas de guión, en algunos casos injustificadas, que hacen que el espectador sospeche hasta del apuntador. Esta ambigüedad en los sospechosos la juegan todas las películas de un género es sí mismo, en el que el reducido espacio es también protagonista, y requiere que los personajes estén bien definidos desde el principio. La película lo hace bien en este sentido y presenta sus opciones correctamente.

Collet-Serra dirige con solvencia y atrevimiento este vehículo de lucimiento para Neeson mientras controla todas las variables del género. Sin embargo, y sin destripar nada más de lo necesario, la película es más profunda de lo que realmente parece con una lectura sobre la seguridad poco vista anteriormente. Poco a poco, el policía destinado a preservar la seguridad en el avión se ve envuelto en una trama en la que él es el núcleo. Un desarrollo poco convencional con los mensajes instantáneos en el móvil yendo y viniendo.

Taquillazo imparable allá donde se ha estrenado, es una película de acción extrema en la que nada es lo que parece y qu lo utiliza hasta un final que llega tras algo de cansancio, pero que muestra sus cartas en el momento justo para que el espectador se quede con un buen sabor de boca.