Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Moody:
5
Comedia Secuela de "Malditos vecinos" (2014). Mac y Kelly Radner (Seth Rogen y Rose Byrne) desean vender su casa, pero no les resultará nada fácil porque está al lado de una fraternidad universitaria, donde las chicas celebran fiestas continuamente. Para enfrentarse a las descontroladas estudiantes contarán con la ayuda de Teddy (Zac Efron) y Pete (Dave Franco). (FILMAFFINITY)
24 de agosto de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el éxito que resultó ser la primera entrega con esa pareja protagonista entregada a acabar con las gamberradas que les realiza la hermandad que vivía a su lado, esta segunda película no se corta en explotar de nuevo aquella fórmula e introduciendo solamente pequeños cambios que mantienen la estructura y el cuerpo de la narración.

Esos cambios llegan en ambos bandos: una familia que quiere cambiar de hogar y una nueva hermandad, esta vez femenina, que invade su intimidad y de paso amenaza con arruinar sus posibilidades de macharse. A todo esto se le une la importancia del personaje de Efron, que se encuentra en el centro de todo como si jugara un tiempo con cada equipo, y tenemos nueva película muy parecida a la anterior. Como la fórmula funciona, no es complicado encontrar un puñado de gags con cierta gracia, incluso bastante escatológicos en algún caso, aunque también es cierto que ya no cuenta con la novedad y frescura que tenía su antecesora.

La propuesta nos deja ahora a una protagonista como la más gamberra del vecindario. Grace-Moretz es la elegida para darle vida, y la joven actriz intenta en todo momento darle intensidad a su papel, cumpliendo con su rol de impulsora de la hermandad pero quedando un par de pasos por detrás de Efron en “Malditos vecinos”. Todo gracias a un guión al que le da por ser grueso en lo que respecta a las bromas de las chicas y muy blando en cuanto a su resolución. Dos caras de una misma moneda que le convierten en un guión que no define a qué carta quedarse.

Sin embargo, con permiso de Rogen y Byrne que continúan recibiendo mucho más de lo que dan, el protagonista es Efron. En un rol bastante profundo pero que no explora su personalidad más que en pocos momentos, Zach vuelve a encarnar al inmaduro personaje que no tiene decidido nada en su vida con bastante precisión y gracia. La guinda para una película que baja algo el nivel si se la compara con la anterior pero que sacará de su aburrimiento a más de uno.
Moody
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow