Aunque "Damiselas en apuros" sea una película de extremos, que aburrirá a unos o será convertida en película de culto por otros, a mí me ha dejado exactamente igual que antes de verla. Su falta de compromiso para con las ideas que presuntamente tiene es alarmante y deja indiferente.

Su discurso prometía, una película universitaria diferente, con un halo de originalidad que al final no tiene. Sin duda contraria al resto del género, no puede separarse más de películas gamberras y transgresoras gracias a su formalidad y su aire adulto, en el que cada frase intenta impactar y calar en el subconsciente. Sin embargo no logra su objetivo porque parece vacía y sin contenido, con diálogos superficiales en boca de una protagonista no muy acertada.

Ya la película tiene todos los ingredientes para destacar, con papeles con personalidad y un humor negro que apenas se valora porque su frialdad impide que conectes con el reparto, con las situaciones y con el entorno en general. Con unos secundarios mucho más aprovechables y un director más inspirado, el resultado hubiera sido diferente.

Mucha culpa de todo la tiene el director Stillman (también guionista) que pretende hacer una película sin aparente sentido tal y como suele hacer Wes Anderson. Las películas de éste tienen un concepción especial, única, y por lo tanto muy difícil de copiar, y "Damiselas en apuros" se queda a medio camino sin saber aprovechar sus mimbres y firmando una película que no conecta con el espectador.