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España España · Madrid
Voto de Moody:
7
Drama En 1865, tras el asesinato de Abraham Lincoln, ocho personas son detenidas y acusadas de conspirar para matar al presidente, al vicepresidente y al secretario de Estado. Entre ellas está Mary Surratt (Robyn Wright), la dueña de una pensión, donde John Wilkes Booth (Toby Kebbell), el autor material del magnicidio, y sus cómplices se reunieron y planearon el atentado. Mientras el resentimiento contra el Sur domina a las autoridades de ... [+]
6 de diciembre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un director tan comprometido ("Leones por corderos") como intenso y emotivo ("La leyenda de Bagger Vance") no podía dejar escapar la oportunidad de recrear un suceso semidesconocido de la Historia de su país. Un suceso que cuenta con todo lo necesario para construir una película candidata a optar a los Oscar por derecho propio.

Puede ser cierto que el asesinato que desencadena la historia ocurre de manera deslabazada y caótica, como queriendo que acabe lo antes posible para centrarse en lo que realmente importa. Así pronto llega el momento de encarar el juicio, centro irremisible del guión y que concentra todos los esfuerzos de Redford.

Poco a poco McAcoy encarna papeles más importantes y que hacen que su carrera sea una de las que más futuro tiene dentro de Hollywood. Es especialmente interesante la transformación de su protagonista, un abogado sureño, que luchó en el frente y que debe enfrentarse a sus convicciones defendiendo aquello en lo que no cree. A lo largo de la película vemos su transformación y cómo sus acciones le hacen perder aquello que más quiere.

Totalmente trascendente, Redford malea nuestros sentimientos para hacernos partícipes del proceso y sentir la justicia en nuestra mente. Sentimos que el fin no justifica los medios y que es muy difícil luchar contra molinos de viento. Ayuda a ello también la magnífica actuación de Wright, excelente como presunta culpable y como madre abnegada.

Con una banda sonora muy bien elegida y muy eficaz al transmitirnos las sensaciones adecuadas en el momento adecuado, y con una ambientación y vestuarios muy trabajados, puede parecernos lejana en el tiempo. Nada más lejos de la realidad puesto que la sed de venganza no conoce de tiempo ni de lugar. Sin duda, una de las grandes de este 2011.
Moody
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