Una vez más nos encontramos con un patrón que se ha repetido hasta la saciedad desde que las cintas rape & revenge hicieran su aparición en la década de los 70. Entre ellas nos encontramos claros ejemplos con títulos como “Perros de Paja” (Sam Peckinpah) o “La Última casa a la izquierda” (Wes Craven).
En esta “Revenge” nos vendrán a la cabeza títulos como “Wolf Creek”, por que además de la violación y posterior venganza se encuentra ensalzada con la afición por la caza de sus protagonistas masculinos.
Tres amigos se juntan para ir de caza, en el que uno de ellos se lleva a su ligue, Jen una chica guapa y despampanante por la que los otros dos quedan embelesados con su sensualidad y figura escultural.
Con una primera parte en la que se nos presenta a una mujer como objeto de deseo con la consiguiente violación y abandono para morir. En ella se nos muestra cual débil puede sentirse una mujer ante una situación de víctima del más puro machismo.
En su segunda parte se cambiarán los roles y se otorgará a la víctima una fuerza sobrenatural para sobrevivir y pasa a ser una heroína renacida cual ave fénix y que estará ávida de ansias de venganza.
Ya en su última parte, la más violenta que incluirá la venganza con todas sus letras y en la que su directora nos mostrará su gusto por el morbo en el manejo de la cámara que insistentemente nos mostrará a través de repetidos “zooms” las escenas más escabrosas de dolor físico.
Montada como una mezcla de distintos géneros revitaliza el survival en el que destaca una cuidada fotografía y estética. La película se regodea en los momentos de tensión que son varios a lo largo de su duración y cargada con escabrosos tintes gore que derivan en un final con una típica caza del gato y el ratón que se alargará hasta sus últimas consecuencias.