Esta película me la recomendó un amigo de una amiga mía por el Facebook y la verdad es que no me esperaba mucho, aunque me dio mucho énfasis en la banda sonora y desde mi punto de vista es de las mejores que he oído, ojalá y sea más oída con el tiempo. Al empezar con los créditos y ver a Spielberg produciéndola y ver a Chris Columbus como guionista ya dije que sería buena. Si ya de por sí separados son buenos, no me los imaginaba juntos. Gabino Diego porque el actor que hace de Sherlock me recordó mucho físicamente, vamos, que es igual de feo, jeje; y Harry Potter porque Watson me recordó tambien mucho físicamente al Daniel Radcliffe en las dos primeras entregas de Harry Potter. Por lo que he leído, fue nominada a los oscar de 1985 por los efectos visuales, he de reconocer que para ser tan antigua está muy bien hecha, claro, ya sabemos quien los pagó. La historia está bastante bien pero con algún fallo que otro como las alucinaciones que no les pase nada a los chavales o cuando el templo se destruye que no les caiga ningún pedrusco es bastante exagerado. Esas son las únicas pegas que le puedo poner a la película porque por lo demás, la historia es muy buena, los chicos trabajan bastante bien, una banda sonora maravillosa e imprescindible, no es como otras que se adaptan mal a la obra de Arthur Conan Doyle ya que es un caso aparte citado al principio y al final de la película y tiene unos efectos visuales muy buenos además de un final que no vemos todos los días y que siempre estamos acostumbrados a ver tantas veces. En fín, una notable película bastante aceptable y que animo a que la gente que no la haya visto que la vea porque la fusión Spielberg-Columbus funciona al menos en esta potente cinta.