Más vale tarde que nunca. La dejé abandonada cuando se estrenó en el cine y ayer pude visionarla y he terminado satisfecho y contento tras verla. No soy muy fan de Allen, sus películas se dejan ver y tal, pero no son de las que se graban en mis recuerdos, pero la verdad es que me ha gustado más que la última que ví de él, Vicky Christina Barcelona (tanto Si la cosa funciona (2009) como Conocerás al hombre de tus sueños (2010) no me llaman la atención). Owen Wilson encarna del todo bien a su personaje, el cual está rondando los dos mundos, ese presente con su futura mujer interpretada por una jovial Rachel McAdams y el pasado de un Paris muy iluminado y alegre codeándose con figuras como Pablo Picasso, Ernest Hemingway, Toulosse Loutrec, Salvador Dalí (por cierto, buena interpretación la de Adrien Brody, aunque aparezca muy poco). Acostumbrado a ver a Wilson en personajes de comedia, su papel en este film le encaja muy bien, como esa especie de alter ego de Woody Allen que no se acaba de sentir a gusto con la situación en la que se encuentra actualmente. Y la música que se escucha durante la película, quieras que no, ayuda a que la disfrutes más, sobretodo, viendo ese inicio lleno de postales de Paris y escuchando una preciosa partitura.