La primera temporada, trata de la desaparición de una niña en el día de su Primera Comunión durante el banquete en el restaurante que regenta la familia. La investigación se pone en manos de un comisario (papelón de Lluís Homar) que cuenta con una pareja de inspectores (Blanca Romero y Yon González) que se infiltran como un matrimonio en el entorno familiar de la localidad donde ocurren los hechos. Durante el transcurso de la temporada van destapando todas la mentiras, embustes, miserias y medias verdades de todos y cada uno de los miembros y allegados de la familia.

Serie que mantiene el interés del primer hasta el último capítulo, con un ritmo tranquilo y sosegado como el paraje donde ocurren los hechos, poniendo en práctica la imaginación y la capacidad de deducción del espectador mientras especula qué es lo que pasó y quién es el culpable. Destacar por encima de todo el papel de Alicia Borrachero, una actriz como la copa de un pino.

La segunda temporada se localiza en un hospital privado donde desaparece una doctora de ascendencia francesa y se encuentra asesinada a una enfermera, y nuestros viejos protagonistas de la primera temporada, encabezados por Yon González, Lluís Homar y Vicente Romero se ven obligados a colaborar con policías franceses desplazados a Madrid. Como siempre en esta serie, se abren un abanico de sospechosos con varios hilos abiertos que se van cerrando paulatinamente hasta dar una explicación plausible al final, manteniendo la intriga de principio a fin.

Como digo siempre que se trata de un producto español de calidad, esta serie es perfectamente exportable a las televisiones extranjeras.

Un notable, 7.