Nunca había intuido ni tan siquiera como se ve la guerra desde el punto de vista de los soldados que se encontraban dentro de los tanques. Siempre, en otras películas, se ha visto como y cuánto se les temía, sobre todo a los Tigres alemanes, los mejores del conflicto bélico con diferencia, y como la infantería trataba de destriparlo con todas las armas a su alcance, incluso con cócteles molotov.

Esos cinco hombres enlatados en las entrañas de su tanque, protegiendo a la infantería y dando apoyo logístico y de disciplina de fuego en la conquista de ciudades y pueblos de Europa, percibiendo la muerte muy cerca, y sobre todo las horribles muertes, con el fuego como el elemento más aterrador y doloroso, amparándose nada más en su círculo cerrado, los unos en los otros, para intentar sobrevivir, que era el mandamiento del soldado.

Grandes y muy buenas interpretaciones de los cinco actores, cada uno con su minuto de gloria para que intimemos al menos con ellos y tomemos conciencia de quienes y como son, con un gran papel de Brad Pitt, que toma bajo su cobijo al novato Logan Lerman, como en la escena de confraternización con las enemigas.

Sobresaliente película, que guardaré entre mis favoritas.