Haz click aquí para copiar la URL
España España · Oviedo
Voto de Gould:
7
Western. Aventuras En 1836, algunos texanos que luchaban por independizarse de México fueron sitiados en El Álamo, una misión cerca de San Antonio de Béjar, por las tropas mexicanas (más de 7.000 soldados) al mando del general Santa Anna. Entre los sitiados, unas doscientas personas, se encontraba el legendario David Crockett (John Wayne). (FILMAFFINITY)
11 de septiembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sombra de John Ford, gran amigo de Wayne -del que seguramente aprendió mucho pues colaboraron en una veintena de películas- planea a ratos sobre esta brillante y pulida película sin genio, gracias al relato -algo parsimonioso pero fluido- y al humor socarrón típicamente fordiano de la primera parte. Esta primera hora y cuarto – con mucho lo mejor de la película- sirve de presentación de los personajes y situaciones, mientras que el resto es la descripción de la famosa batalla en sí. No hay momentos de gran emoción ni ninguna escena memorable y la conclusión de tanto metraje -excesivo desde mi punto de vista- es simplemente un correcto producto, técnicamente irreprochable, pero falto de chispa. En suma: una epopeya sin épica. No entraré, por otro lado, en las aburridas consideraciones históricas sobre la fidelidad a los hechos porque soy consciente del carácter de ficción de esta y cualquier otra película. Pese a los numerosos peros sobre la fidelidad a la historia real –pocas películas de carácter histórico resistirían un escrutinio minucioso- se agradece la ausencia de una esperable y enfática propaganda o el hecho de que la película -pese a lo que digan los habituales comentarios en piloto automático sobre John Wayne- sea bastante imparcial –la escena de los heridos de ambos bandos es bastante significativa en ese sentido- o que como mucho que sea parcial en tanto en cuanto sólo muestra el lado tejano pero en el que los mejicanos siempre aparecen como un enemigo digno y caballeroso. El reparto es indiscutiblemente magnífico y curiosamente a un actor tan renqueante como Lawrence Harvey le sienta muy bien el papel entre fanático e intransigente del coronel Travis, ejemplo del ideólogo abonado a una obsesión enfermiza frente a una visión más romántica o relajada de los personajes de David Crockett y Jim Bowie. A John Wayne y Richard Widmarck no les hace falta actuar, pues sólo con aparecer en escena la justifican por completo: no interpretan, son ellos mismos y los personajes que interpretan, también. John Wayne no hizo ninguna obra maestra sino un western irregular y algo superficial, injustificadamente largo pero, aquilatando pros y contras, más que digno para disfrute de los aficionados al género.
Gould
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow