Vaya contexto y personajes tan interesante los que están planteados en el audiovisual que nos plantea Oscar Ruiz, pero esto solo se queda allí en la espera de que estos personajes se desarrollen por medio e su contexto, que no sean solo mencionados sino que estén ligados a una buena historia. También se critica las dos subtramas que están tan mal desarrolladas, la de la madre de Ras que es con la iglesia cristiana lo cual no se puede negar que es conflicto en nuestra sociedad colombiana pero que no lleva a ningún lado y la del padre de Eduardo, un músico que sale en televisión ese que sobra absolutamente en la película, que solo aporta en el sentido de que le da plata a su hijo. El audiovisual es un discurso de rebeldía y política revueltas en una licuadora que termina siendo un jugo mal licuado.