Por la complejidad de la trama, la riqueza de personajes y situaciones, la ambientación...me atrevo a suponer que el libro es infinitamente superior a la película. Porque el argumento parece sacado de la cabeza de un pirado en una noche loca de sexo y alcohol.

Sueños recurrentes, Inquisición, batallas con espada, ahorcamientos, erotismo exacerbado, bellísimas localizaciones...con estos elementos cuesta creer que la película sea un tostón. Porque lo es. Historias dentro de historias dentro de historias que no tienen un rumbo fijo y acaban por desesperar tras tres interminables horas.

Destaca el tratamiento respetuoso a nuestro país y su historia, algo a destacar cuando viene de un país tan alejado del nuestro como es Polonia. Dignos de mención son también el magnífico vestuario, las bellísimas mujeres (con Beata Tsynkiewicz a la cabeza) y el contínuo juego con elementos mortuorios (calaveras especialmente) que satisfará a los amantes de la necromancia.

Por lo demás, las interpretaciones son demasiado neutras, carentes de garra, la banda sonora es demencial y se le saca poquísimo partido, y la excesiva cantidad de personajes hacen que el espectador desconecte pasada la mitad del metraje. Al igual que la prosa de Márquez, el guión se pierde en descripciones barrocas (con imágenes) e historias tangenciales. Un experimento fallido.