El manuscrito encontrado en Zaragoza

Una de esas películas relativamente poco conocidas (no así el libro) y que hoy podemos visionar gracias a Scorsese y a Coppola, que han hecho posible la restauración de la obra. El que tenga el libro "Las 100 mejores películas" de John Kobal, podrá comprobar que, aunque no esté incluída en ellas, sí aparece en la lista del crítico polaco Tadeusz Soboelwski, sin que se le pueda acusar de "barrer para casa" pues el film es magnífico y tremendamente original.

Escrita por el conde polaco Jan Potocki, es una de las grandes novelas de la literatura fantástica europea y tal vez mundial de todos los tiempos. Me parece interesante hacer una introducción de este peculiar conde porque tanto el tono de la obra como su argumento atañen a los intereses y al carácter de su autor. Aventurero, ex-soldado contra los piratas berberiscos, viajero inagotable, interesado por la ciencia y el humanismo, pero también por el ocultismo, la egiptología, la etnografía, la filosofía, la cábala, la historia o el mundo árabe entre otros. Deprimido por una serie de lamentables hechos, como el divorcio de su segunda esposa y el agravamiento de la sífilis que padecía, se suicidó en 1815 convencido de que era un hombre-lobo. Para ello, puliría la tapa de plata de un azucarero dándole forma de bala y volándose la cabeza de un disparo. La bala, a su vez, tenía la forma de una fresa, por lo que fue apodado "el hombre que se suicidó con una fresa".

La película trata sobre la primera parte del libro. Las escalofriantes experiencias que iran aconteciendo a Aphonse Van Worden (Zbigniew Cybulski, apodado "el James Dean polaco"), oficial de las tropas napoleónicas durante la liberación de Zaragoza, pondrán a prueba su cordura y... la del espectador. Con una atmósfera de ensueño y sombrío surrealismo, pero también con un marcado sentido del humor y erotismo, iremos viendo estas historias dentro de historias que a su vez están dentro de historias, al igual que en el Decamerón, Los cuentos de Canterbury, y, muy especialmente, Las mil y una noches. Acompañadas de una partitura musical perfecta, de Krzysztof Penderecki, que introduce algunos compases de Falla y Enrique Granados, estas historias a modo de muñecas rusas harán las delicias de cualquier buen aficionado al cine. ¡No os la perdáis!

Jan Potocki, centroeuropeo de nacimiento y fiel a Napoleón, dejó huella de sus andanzas por el sur de España en los largos viajes a caballo o a pie, según procedía. Era allí donde parte de la acción quedaba impresa en su célebre libro que no vería a luz hasta mediados de los cincuenta del siglo XX y que un compatriota suyo no dudó en adaptarlo en forma de impresionante y a la vez oscuro fresco que abarcó dos épocas (siglos XVIII y XIX), desde las desventuras del caballero valón Alphonse van Worden, fiel a la orden de Felipe V hasta las Guerra de la Independencia, donde un oficial napoleónico halla dicho manuscrito que narra la vida de su antepasado. A partir de allí nos vemos encrucijados por unas cajas chinas (narraciones dentro de las narraciones), entre el romance, la picaresca, los cuentos de fantasmas y duelos a capa y espada.

Potocki describió lo que vió y a su regreso a Polonia, moriría en la locura y el olvido en su aislado castillo de Vladowka, en la actual Ucraina, convencido que por las noches se convertía en Hombre Lobo. Más de un siglo después, Wojciech Has, cegado por las magistrales pautas de la cinematografía del Este, cumple con la dirección después de desempolvar el manuscrito. Y alcanza la maestría. El blanco y negro de la época contribuye aún más en la tenebrosidad de algunas secuencias (incluso la noche parece de dia en el valle donde hay la fantasmagórica taberna para resaltar lo lugubre del escenario) y el erotismo es presente sin ningún pudor en los papeles de las dos lésbicas y lascivas hermanas princesas y sus cortesanas. La primera hora y media es un regalo del cine a los anacronistas del género fantástico. La segunda mitad todo elemento sobrenatural pierde fuerza a favor de la pasión, el engaño y el relato de aventuras.

El manuscrito encontrado en Zaragoza versiona la primera parte de la novela homónima que Jean Potocki escribió a finales del XVIII, un relato de aventuras plagado de personajes pintorescos que da buena cuenta de las correrías del noble Alphonse Van Worden por Sierra Morena. De estructura laberíntica (historias dentro de historias), escenografía daliniana y tono burlesco, la adaptación de Wojciech Has consigue durante 180 minutos una vigorosa y divertida complementación entre onirismo, esoterismo, erotismo y picaresca. Película de culto por derecho propio: Hito del surrealismo fílmico (el propio Buñuel, en su autobiografía, se refirió a ella como una de sus películas favoritas), además de clásico del fantástico y de la cinematografía polaca.

He encontrado esta joya de pura casualidad, pues nunca había escuchado hablar de ella, hasta que topé con ella en una tienda de estas muy conocidas cuyo nombre no es pertinente. Lo cierto es que entre el título y saber que andaban las manos del señor Coppola y el señor Scorses por detrás, no pude resistir la tentación y decidí hacer un desembolso económico de 18.95 euros. Jamás me arrepentiré.

Después de ver la película entré en filmaffinity para votarla, pensando en que nota media tendría. Un 7.4 veo. Bueno está bien, pensé, aunque un 7.4 lo tiene Avatar... 11 críticas, a ver que dicen. Punzada de hierro helado en el estómago y martillazo directo a la médula. Que dolor leer como alguno calificaba esta pedazo obra maestra de tostón; con mis más humildes respetos, esta gente no se dio cuenta de que esto no es un tostón si no que son ellos unos tostados, pensé. (Tostados = empanados). Sí, otra explicación no encontraba, pero bajé mi modestia y me dije claro, un espectador que tiene que hacer un poco de esfuerzo para poder seguir la trama, rápido de cae en el intento y esto es lo más maravilloso de esta película. Un minuto de distracción y adiós muy buenas, hasta aquí hemos llegado, esto no es un programa de telecinco o Kramer contra Kramer. El espectador debe hacer un esfuerzo, un gran esfuerzo, que se verá recompensado con muchos momentos de catarsis, de purificación del alma, de reflexión, adquiriendo un nuevo conocimiento sobre uno mismo y sobre los misterios de la vida.

Evito hablar de la película. No quiero decir nada sobre ella, a la vez que digo que todo en ella es FANTÁSTICO. Así que todo aquel que se vea preparado para hacer un viaje, un viaje a través del tiempo y de una España fantasmagórica, mística y espiritual, que consiga esta joya y se deje embaucar, porque esta joya, una vez que te las has puesto nadie te la podrá robar jamás...

Una de las películas más pintorescas, curiosas e inclasificables que hallarse pueda en la Historia del Cine. De holgada y generosa producción, y por lo visto en la pantalla de gran margen de libertad, es una película agotadora, desquiciada y desquiciante, que propone una historia dé lo más insólita, y que en sí misma no es siquiera una historia, pues la lectura final de la película pudiera ser una apología descarada y risueña en favor de los sueños y la imaginación para derrotar el aburrimiento, pues las peripecias de todo tipo que sufre o que le cuentan al protagonista acaban por devenir en un círculo vicioso tal es la acumulación de flash-backs dentro de flash-backs, de idas y venidas, de situaciones y personajes. Y es que solo el hecho de ver a un equipo técnico-artístico netamente polaco desarrollando una historia en el corazón de Andalucía, interpretando gitanos y todo el paisanaje andaluz (todo ello visto en V.O.S.) resulta impagablemente delirante y divertido.
"El manuscrito encontrado en Zaragoza" mezcla géneros con libertad y sin coartadas a fin de confeccionar un film muy bien hecho, premeditadamente descompensado, pero indiscutiblemente atractivo. Así, un sutil, espléndido y malévolo erotismo; un desconcertante e imaginativo onirismo; un pícaro y deshinbido sentido del humor; una concepción de la aventura en un tono fantástico e irreal que nos evade de la rutinaria realidad terrenal... Y así, hasta el agotamiento. Digna de revisarse.