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Voto de Néstor Juez:
7
Romance. Drama París, distrito 13, barrio de Les Olympiades. Émilie conoce a Camille, que se siente atraído por Nora, que, a vez, se cruza en el camino de Amber. Tres chicas y un chico. Son amigos, a veces amantes, y a menudo las dos cosas. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2022
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien la normalidad parece ya bastante asentada en la cartelera cinematográfica, todavía encontramos múltiples ejemplos de trabajos cuyo estreno se atrasa hasta la saciedad. El presente trabajo francés llega a nuestras carteleras cuatro meses después de su fecha de estreno original en España, tras haber inaugurado el pasado noviembre el Festival de Cine Europeo de Sevilla y haber sido presentada hará casi un año en el Festival de Cannes. Sin embargo, su llegada a salas era inevitable, pues no en vano hablamos del último largometraje de uno de los realizadores franceses más respetados del cine contemporáneo. Él es Jacques Audiard, y su película, París distrito 13, adaptación del cómic Les olympiades en cuyo guion ha colaborado la venerada en esta web Céline Sciamma. Un filme con claros reclamos visuales para seducirme, así con un reparto con alguno de los talentos jóvenes más prometedores del cine galo. Película de la que no quedaba claro que esperar debida a la heterogeneidad de la trayectoria del realizador (con la cual, todo sea dicho, siempre me veo destinado a la decepción, pues la película con la que me inicié, Un profeta, sigue siendo de largo su mejor trabajo). Su apuesta más sexual y juvenil es elegante y sensible, pero también un tanto descompensada. Unas desventuras enredadas en trauma y pasión de convincente retrato de la angustia millennial pero algo diluida en sus pretensiones melodramáticas.

Tres jóvenes entrelazados en una maraña de deseo, dudas y afectos en la precariedad laboral del barrio Les Olympiades de París (precariedad en la que estamos ineludiblemente sumergidos toda una generación). Los conflictos dolorosos que manan del siempre peliagudo intento de parcelar amor y pasión. Los recovecos de duda, negación y aceptación postrera por los que deriva el cariño. Todo ello sugerentemente impregnado de los hábitos y sensibilidades de la generación de aquellos nacidos en los 80 y acompañado de la singular idiosincrasia social de los ciudadanos cosmopolitas. Ciudadanos que han visto despojados de una clase media cada día mas inexistente en la sociedad líquida del ahora. Un sensual retrato de tres personajes que captura en primer lugar por la eficacia esteta de su cuidada puesta en escena. Seductor blanco y negro, poderosamente encuadradas tomas aéreas, fluidos travellings y pausadas panorámicas…y a su vez, la propuesta audiovisual se complementa con la vibrante música electrónica de Rone, que aporta un tono juvenil y festivo sumamente oportuno. Es una película elegante, urbanita, que emana parte de la vitalidad frondosa y corporal del género de cómic en el que se inspira. Se valora y respira el toque femenino, y brilla con luz propia ese magnético acierto de casting que es Lucie Zhang. Uno de esos largometrajes que no tiene reparo en incluir el sexo en su relato con naturalidad e intensidad, siendo el siempre agradecido aspecto físico uno de los aspectos mejor calibrados de este funcional trabajo.

Un melodrama coral en el que las decisiones estilísticas no se fusionan con lo narrado de manera que eleven sus cotas expresivas de manera exponencial. El filme nunca llega a aportar justificación narrativa o atmosférica alguna a su elección del blanco y negro, o a su rupturista uso de algunas estrategias de composición. Un largometraje en que su fachada parece limitarse a buscar funciones cosméticas. Pero el aspecto mas frustrante del trabajo es su liviandad, su disperso tono ligero. La implicación emocional con el triunvirato resulta demasiado epidérmica como para que el desenlace encuentre todo el efecto catártico que busca invocar. Tras un inicio poderoso con la relación de los personajes de Zhang y Samba, no pude evitar desear que la subtrama del personaje de Merlant no hubiese entrado nunca en juego. Su hibridación amorosa con ellos no enriquece la fuerza romántica que su trama tenía por sí sola, y la suya propia con la trabajadora sexual Amber recibe un desarrollo tan escueto como predecible (si bien es cierto que toda la carga de trauma familiar que arrastra tiene mucho interés). En definitiva, una película de buenas maneras que apuntaba a mucho más, y que tal vez sea uno de los trabajos menos conseguidos hasta la fecha de Audiard, sin dejar de ser por ello una buena película.

Sensual, preciosista y segmentada, Paris distrito 13 captura con detenimiento la sensibilidad generacional de los millennials pero navega a media asta en las aguas del impacto emocional.
Néstor Juez
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