Apenas cuatro años después de su estreno, y en vistas del gran éxito conseguido, Santiago Segura volvió a las andadas con su impresentable personaje, esta vez con más medios, y un presupuesto mucho mayor.
En esta segunda parte la historia es igual, sólo que Segura ofrece algunas variantes.
Hay un mayor número de caras conocidas, y la violencia habida en la primera parte se ve algo suavizada introduciendo un humor más negro si cabe que en la primera parte, así como varias secuencias "picantes".
Junto con Segura, Gabino Diego vuelve a ser lo mejor del filme, al igual que ocurriera con Javier Cámara en la primera parte.
Tony Leblanc cumple como siempre, y otro hallazgo del filme, es la "actuación" del conocido empresario televisivo José Luís Moreno, que pese a no ser un intérprete, no hace nada mal su papel.
Acción, disparates, humor negro y un delirantísimo final, es lo que nos ofrece esta segunda entrega del policía más taquillero del cine español.
Y es que con Torrente, la policía no volvio a ser la misma.