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Seychelles Seychelles · Cierzópolis
Voto de Juanjico Lawless:
8
Acción Los hermanos John y Charlie Foster trabajan como policías en el metro de Nueva York. Mientras a uno la vida le va bien, el otro no levanta cabeza y acaba siendo despedido de su trabajo. Se le ocurre entonces asaltar un tren que transporta las recaudaciones del metro. Su principal obstáculo será Donald Patterson, el jefe de la seguridad metropolitana. (FILMAFFINITY)
29 de julio de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Son hermanos! ¡Son jodidos hermanos! Hasta eso, que es básico en la historia (y en principio un tanto trivial), es original. Que sea la madre negra quien adopta al niño blanco que se encontraron en la basura es algo fabuloso. Años después, joyas del cine copiaron estas mismas ideas y ya se sabe... unos cardan la lana... Por supuesto, nombrar por ejemplificar a las Chicas guepardo no es necesario, pero siempre puede haber algún despistado. No se puede haber visto todo el cine del mundo.

Pues eso; un negro, un blanco y un florero. En este caso, que el florero sea latino solo le da un puntillo tropical, pero es meramente anecdótico. Está claro que había que lanzarla a la fama, y haciendo un papelito sin demasiada complicación, donde todo el peso recayera en otros, era un buen punto de partida. Que viva Jennifer Lopez y su seguro del culo.

Total, que todos, policías ellos, de los de Proteger & Servir, deciden (la parte machuna del grupo... ella es casta y pura hasta que entra al camerino) que robar un tren repleto de dinero contante y sonante debe ser buena idea. Al fin y al cabo, ellos controlan la seguridad porque ellos son la seguridad. Saben de lo que hablan.

Si mezclamos todo esto, con un guión lleno de tiros, brincos, coñas marineras y garruladas varias, tenemos un cóctel de los de disfrutar a tiempo completo. Menos con los créditos claro, que solo molan en las películas de Jackie Chan. Mejor resultado que este es difícil, y más con estos ingredientes, donde acción y humor no siempre están bien remezclados. Aquí, en su justa medida: a raudales y al cincuenta por ciento.
Juanjico Lawless
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