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México México · Ciudad de México
Voto de Iván Rincón Espríu:
4
Drama Año 1967. Susanna Kaysen, como la mayoría de las chicas de su edad, se siente confusa, insegura y lucha por entender el mundo que la rodea. Tras diagnosticarle un trastorno de la personalidad, su psiquiatra decide ingresarla en el Hospital Claymoore. Allí, Susanna conoce a Lisa, Georgina, Polly y Janet, un grupo de chicas inadaptadas con las que entabla una estrecha amistad y que, además, le muestran el camino para encontrarse a sí misma. (FILMAFFINITY) [+]
21 de diciembre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en un relato autobiográfico, intenta ser la versión femenina y juvenil de 'Alguien voló sobre el nido del cuco', pero no pasa de un pálido remedo, edulcorado y light, sin la gracia que tiene a veces la locura, ni la desgracia de padecerla en un pabellón siquiátrico.

Winona Ryder, una década menos joven de lo que pretende representar con la actuación más grisácea de su carrera, funge además como productora.

Cuando la actriz aceptaba un papel por identificación personal solía intervenir en el guión, sugiriendo cambios, de modo que su personaje más de una vez terminaba siendo escritora (nunca se le ocurrió otra cosa porque no tiene mucha imaginación, así que nunca será escritora en la vida real). De la autora del relato no conocemos otra obra.

Angelina Jolie, un esqueleto de labios inyectados, alterna con actores demasiado grandes para una película tan menor y en papeles que no están a su altura: Vanessa Redgrave, Whoopi Goldberg, Jared Leto…

La película me aburrió hasta la exasperación porque su principal característica es la debilidad (el lesbianismo tímidamente insinuado nunca tiene el coraje de consumar un sólo acto y los loqueros son buenos muchachos que se enamoran de las locas). A diferencia de cualquier otra historia que tenga lugar en un manicomio, esta cosa no denuncia el talante criminal de la siquiatría (ni siquiera cuando una mujer es sometida a "terapia" de electrochoques por cantar). En cambio, su promoción del tabaquismo como normalidad me parece un síntoma de otra patología…

El final es autocomplaciente y sensiblero, como casi todo lo demás.
Iván Rincón Espríu
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