Tan resplandeciente y elegante como "Chicago", más plúmbea y perezosa, e igual de impersonal y complaciente. "Nine" confirma la tendencia de Rob Marshall a trivializar materiales interesantes, como si fuera el Gerardo Herrero de los musicales.
Daniel Day-Lewis es un buen actor, pero de escasas dotes canoras y danzarinas. Sospecho que por eso se le utiliza lo justito, quedando demasiado al margen en esos números musicales de los cuales debería ser el motor.
El elenco de actrices es de lo más selecto, destacando una sedosa Marion Cotillard, una entrañable Judi Dench, una porcelanosa Nicole Kidman y una dinámica Kate Hudson (Penélope Cruz no tiene un buen papel como amante hortera, y Sophia Loren no pasa de salir como mero icono).

La mayúscula Cotillard sigue sacando emoción de pozos más bien deshidratados: con un director tan poco emotivo como Michael Mann lograba hacer muy conmovedor el último plano de "Enemigos públicos", y aquí emociona hasta la fascinación con la canción "My husband makes movies".