Si eras de los que como yo, en el insti, te deprimías aposta y cortabas tus vaqueros por las rodillas, también aposta, solo por parecerte más a ese ángel oscuro que era Kurt, este es tu documental. Está muy bien documentado y tiene estética propia. Lo malo es que es bastante intrusivo, se utilizan cintas caseras inéditas y puedes sentir como violas su más profunda intimidad yonki, pero qué demonios, fue él mismo el que berreó aquello de "Rape me!", y este es un buen y profiláctico docu para hacerlo sin miedo.