Sorprendente es la actitud de una trama que no se sirve de artificios jocosos o impactantes para mantener al espectador en vilo. Esa mezcla embalsamada de humor y cinismo con toques de actualidad, con una intensa búsqueda realista, agradable, certera y por momentos suspicaz, hacen que logremos contraponer los prejuicios de personajes cliché y, tras separar los adornos, encontrar el 'late motiv' de cada ansiada finalidad. La búsqueda de la trama arranca en el espectador con la búsqueda de sus personajes, el 'yo' de cada frágil momento personal de sus protagonistas. Es una búsqueda de lo que de verdad quieren, de reconocerse en el espejo y decidir qué imagen quieren dar a su 'yo' futuro. No entenderemos esa búsqueda si no entendemos la propia nuestra.
Los diálogos añaden fuerza y carácter a unos personajes hechos con pincelada gorda en un comienzo, para añadirle firmeza en el resultado final. El guion es capaz de mantener los tempos y la tensión para que nos sirva de calmante a unos espectadores que deciden saber si el cierre llega en falso o solo añade una vía de escape al eterno retorno valleinclanesco. Al final la eterna búsqueda de uno mismo empieza cuando acaba la del otro.