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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Romance. Drama Dos historias de amor en dos etapas de la vida: la rosa es la de dos niños de 12 y 13 años, Guillermo y Margarita, que viven con timidez y emoción su primer romance, y la amarilla relata cómo una pareja de ancianos, Valentín y Josefa, se aman en silencio en el asilo donde viven. (FILMAFFINITY)
9 de abril de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Manuel Summers Rivero, director de este film (1935-1993), es natural de Sevilla, con orígenes irlandeses, gente ésta buena y con gran sentido del humor que heredó seguro, a lo que se suma su origen andaluz y la alegría de esa tierra. Ésta fue su ópera prima que es, paradójicamente, una película propiamente de madurez, gran éxito en el momento de su estreno en 1963 y luego, película de culto en todo el mundo hispano. La cinta consta de dos partes con el nexo común de ser ambas historias de amor, amor en los dos extremos del ciclo de la vida: la infancia y la vejez.

La primera historia, bajo el epígrafe de «Del rosa...», habla de la pubertad, un adolescente enemorado perdidamente, hasta que la cosa se volatiliza.

La segunda historia, bajo el título «... al amarillo», retrata el amor en una pareja de personas mayores que viven en un asilo de los antiguos, regentado por monjas muy hacendosas pero también severas. Ellos se quieren y se mandan a escondidas cartas de amor hasta que un buen deciden escaparse.

El director Manuel Summers, influenciado claramente por la “nouvelle vague” francesa de los ´50, hace una filmación que excede la mera corrección para pasar a la calificación de gran película con un estilo muy libre y un mensaje cordial. No es común que una cámara haya registrado la infancia-pubertad con tanta credibilidad y verismo. Y si me refiero a la segunda historia, nos interiorizamos en un romance tierno, epistolar e inocente entre dos personas mayores institucionalizadas. Todo está filmado de una manera natural, sencilla, y sin duda con el mismo amor que Summers como director quiso ponerle a esta entrañable obra. El guión del propio Manuel Summers es muy preciso y muy bien escrito; podría decirse que casi perfecto.

La música de Antonio Pérez Olea encaja perfectamente en la película e incluye canciones de Antonio Machín o Jorge Sepúlveda. La fotografía de Francisco Fraile es una combinación del blanco y negro, junto con imágenes en color (o mejor dicho, filtros de color), algo muy poco frecuente en el cine de esa época, y aún menos en el español.

En el reparto tenemos, en la primera parte unos estupendos y creíbles actores llenos de frescura y naturalidad como Cristina Galbo (Margarita) y Pedro Díez del Corral (Guillermo), que luego seguirían sus carreras con actriz y actor respectivamente con desigual fortuna. En la segunda parte unos cuasi amateur José Cerrudo (Valentin) y la italiana Lina Onesti (Josefa) se desempeñan con una maestría que dejó al público de San Sebastián anonadado.

Esta película fuen en 1963 Concha de Plata en San Sebastián y Perla del Cantábrico a la Mejor Película de Habla Hispana.

En realidad Summers se colocó al margen de la moda del cine hispano de su época debutando con este film que ahondaba en las aristas de dos relatos cotidianos, dos historias románticas tan sencillas como la vida misma. Es una película viva, que no ha envejecido, muy emotiva, buena, digna de verse más de una vez.
Kikivall
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