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España España · Granada
Voto de Kikivall:
6
Drama. Comedia Principios del siglo XVIII. Inglaterra está en guerra contra Francia. Una reina debilitada, Anne (Olivia Colman), ocupa el trono, mientras que su amiga Lady Sarah (Rachel Weisz) gobierna en la práctica el país en su lugar, debido al precario estado de salud y al carácter inestable de la monarca. Cuando una nueva sirvienta, Abigail (Emma Stone), aparece en palacio, su encanto seduce a Sarah. Esta ayuda a Abigail, la cual ve una ... [+]
21 de enero de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este drama de época es la obra más naturalista del siempre conflictivo Lanthimos, una película de encargo en la cual relata el ascenso de una mujer de baja posición a lo más alto en la corte. Estamos a principios del siglo XVIII e Inglaterra guerrea contra Francia. Ana Estuardo es una reina enferma e inestable (Olivia Colman), que ocupa el trono testimonialmente, en tanto que su íntima amiga y amante Lady Sarah Churchill, condesa de Marlborough (Rachel Weisz) es la que toma las decisiones de regencia. Pero hete aquí que una nueva mujer la joven y bonita Abigail Masham (Emma Stone), hace acto de presencia en palacio y va a aprovechar la oportunidad de acompañar a la reina y pugnar por ser la favorita.

En mi caso la dirección de Yorgos Lanthimos me frenó un tanto para ver esta película por mi experiencia con su obra “El sacrificio de un ciervo sagrado” (2017): https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/559502/839710.html, una perturbadora tragedia contemporánea que no me agradó demasiado.

Esta cinta que ahora comento tiene un guión correcto, diálogos inteligentes y una factura narrativa aceptable de Deborah Davis y Tony McNamara (por primera vez el guion no está escrito por Lanthimos). La obra acierta a dibujar, con alguna chispa de humor ácido, un desalmado y encrespado juego que refleja el lado oscuro del espíritu humano y la urdimbre con que se tejen algunas historias perversas.

El film descarga gran parte de su caché en el reparto. Sobre todo en las tres mujeres protagonistas: Olivia Colman, Emma Stone y Rachel Weitsz, estas dos últimas excelentes en su particular duelo de contrincantes para ser ‘predilectas’ ante la reina. Todas encarnan personajes poderosos, crueles e incluso surrealistas. Es, así, una obra cinematográfica que cifra su excelencia en gran medida en el lucimiento de estas tres grandes actrices.

Excelente la fotografía de Robbie Ryan, una atrayente música medieval de cuando en vez alternando con conciertos de Bach mezclados con temas de Elton John. Y dentro del reparto no podemos olvidar a otros actores y actrices meritorios como Nicholas Hoult, Joe Alwyn, James Smith, Mark Gatis, entre otros. Sin olvidar una buena puesta en escena y vestuario. En contra yo pondría un exceso de grandes angulares, lentes deformadas o contrapicados. A lo que se une las malaventuras en la corte de la Estuardo y toda una carga de esperpento que parecen irreales y fruto de un mal sueño.

El cine de Lanthimos se me hace denso, sus películas me des-sitúan y me llevan al aburrimiento e incluso a encresparme. Es así, no puedo evitar la somnolencia en algún momento de este metraje. Lanthimos consigue contrariarme con su peculiar estilo narrativo.

Considero también que la cinta, al poner el foco en las aviesas e íntimas cuitas de las protagonistas principales, se olvida de la contextualización histórica en una época de grandes acontecimientos en Inglaterra.

El plano psicológico me interesa singularmente en este metraje. En este sentido destaca la brillantez de los personajes en el manejo del halago y la, de toda una tragedia descarnada, cruel e insólita entre la reina de Inglaterra y dos cortesanas de cuidado. Esta trama está cargada de toda suerte de perfidias, crueldades, bajezas y un rosario diverso de maquinaciones y conductas indeseables, que no obstante más de uno ejercita con maestría en este mundo nuestro tan hipócrita e interesado.

Teniendo en cuenta lo que digo, la película parece una especie de manual psicológico para entender la maledicencia y a esa convicción latente (y falsa) socialmente de que todos estamos condenados a ser cautivos y tiranizados por alguien. Y es que las tres mujeres de la película son malas, muy malas.
Kikivall
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