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España España · Granada
Voto de Kikivall:
6
Comedia. Drama. Romance Una mísera pensión es el escenario en el que se va fraguando el amor entre una enigmática mujer y un escritor frustrado. Basada en la comedia "Los pobrecitos", de Alfonso Paso. (FILMAFFINITY)
9 de abril de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me llamó la atención esta película que cuenta la historia de diversos personajes que viven en una misérrima pensión en Madrid. Es una película que merece la pena ser visionada al menos una vez. Tiene unos actores soberbios y además una estupenda estructura dramática junto a una dinámica narrativa y buenos diálogos.

Antonio Román, padre de la criatura, pertenece al grupo de directores renovadores del cine español de posguerra, junto con José Luís Sáez de Heredia y Rafael Gil. Gran guión de José Luis Colina, el propio Román y Antonio Vich, basado en la comedia “Los Pobrecitos” de Alfonso Paso, lo cual es siempre una garantía.

Esta cinta tiene una buena música de Manuel Parada y excelente fotografía en blanco y negro de Manuel Berenguer y Alberto Etchebehere. Gran puesta en escena.

En el reparto hay grandes actores, con una forma de actuación cuasi teatral, lo que hoy ya no es común, pero que no deja de ser meritorio porque hay arte y oficio en esta forma de trabajar. Esta película supuso la entrada de Luis Dávila en el cine español, un actor argentino que destaca por su elegancia ante la cámara. Además, actores y actrices de enorme solvencia y probada fama como Gracita Morales, Ismael Merlo, María Asquerino, José Isbert (en una de sus interpretaciones menos conocidas) o Porfiria Sanchiz (magnífica en el papel de la dueña de la modesta pensión) hacen trabajos muy meritorios y conjuntados, a los que acompaña la actriz y cantante argentina Yvonne de Lys (pseudónimo de Yvonne Bastien) que está muy bien, junto a Venancio Huro y José María Taso.

Es una obra donde los personajes están bien definidos y que tiene un poco de tinte surrealista, toque en tono buñueliano que resulta gracioso, esto es, que los moradores protagonistas no quieran irse de la pensión, donde parecen haber encontrado un entorno familiar con individuos de variada condición, e incluso un contexto de seguridad, amistad y camaradería, a pesar de la desagradable dueña, que es como una parte más de sus vidas.

Buen gusto, contención, y un singular encanto que posteriormente ya no se dio en nuestro cine. Este es cine tradicional en coproducción con Argentina, lo cual supone otro aliciente, dada la tradicional calidad del cine austral.
Kikivall
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