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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Acción. Thriller. Comedia Cinco asesinos a sueldo se encuentran a bordo de un tren bala que viaja de Tokio a Morioka con unas pocas paradas intermedias. Descubren que sus misiones no son ajenas entre sí. La pregunta es quién saldrá vivo del tren y qué les espera en la estación final. (FILMAFFINITY)
8 de agosto de 2022
7 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película buena y divertida dirigida con maestría por David Leitch. Gran montaje, descacharrante, como para no perdérsela, una peli en que la violencia se vive con risa y no con desagrado, porque está claro que todo el filme forma parte de un proyecto bien pensando y mejor realizado, divertido y reflexivo, liviano y denso, con un apabullante sentido visual y escenas de acción bien rodadas y divertidas, con alma de cine clásico. Está basada en la novela del japonés Kotaro Isaka: “Tren bala”, 2020; y hay de todo dentro de las imágenes de Bullet train.

No sólo los protagonistas sino el espectador mismo, suben a bordo de ese tren bala que viaja de Tokio a Morioka con unas pocas paradas intermedias. Un tren en el que caben hasta cinco asesinos a sueldo y una serpiente. Lo que no cabes es el aburrimiento.

Aunque a ratos parezca improvisado, hay un guion calculado al milímetro de Zak Olkewicz, acompañado de una sensacional fotografía de Jonathan Sela, junto a un montaje musical de Dominic Lewis tan frenético como el visual, en el que conviven sin problemas los Bee Gees, con el folk intimista del clásico 500 miles.

Al poco de ingresar en el tren los asesinos van descubriendo que sus misiones no son ajenas entre sí, que hay elementos y nexos en común que los han llevado allí. Hasta que se dan cuenta que todos van a lo mismo: matarse unos a otros. La pregunta es quién saldrá vivo del tren y qué les espera en la estación final.

Todo ello trufado de un dislocado sentido del humor y de la exageración y el buen aprovechamiento de un solo espacio, ese tren a velocidad japonesa que parece no querer que los asesinos se bajen en ninguna parada, aunque en todas las paradas les espera un recibimiento de aúpa.

Es una cinta que, como escribe Marín Bellón: “En su sencillez, la trama no descarrila nunca, pese a la exagerada cantidad de violencia, por suerte cómica, y los personajes tienen cierto interés, pero hasta la vida del francotirador puede volverse rutinaria”. Efectivamente, se trata de reinventarse en cada escena y lograr que todas juntas formen algo elevado. Pretensión esta al alcance de pocos directores, como Tarantino.

El reparto es de lujo con un Brad Pitt sembrado (lo más “cool” del verano) como asesino hastiado de los azares infinitos que implica su trabajo; su nombre en clave es Ladybug (mariquita) y sube al tren con idea de bajarse en la siguiente estación, pero no lo conseguirá.

Si Pitt se ríe constantemente de sí mismo y del personaje que le ha tocado en suerte, se puede decir igual del resto, de cuantos componen la galería de sicarios tan expeditivos como ineptos. Unos tienen un trabajo que hacer, custodiar un maletín con dinero: son una pareja racial que se llaman mandarina y limón, constantemente discutiendo, capaces de enormes estallidos de violencia, y sin embargo tienen un afecto fraternal genuinamente dulce el uno por el otro (increíbles Aaron Taylor-Johnson y Brian Tyree Henry). Está también muy malévolamente presente una adolescente sin escrúpulos con falda plisada que no parece ser lo que representa (extraordinaria Joey King).

Hay igualmente un padre en apuros (bien Andrew Koji) y su propio padre (estupendo Hiroyuki Sanada), muchos pandilleros de la Yakuza, un narco en busca de venganza (estupendo Bad Bunny) y algún que otro personaje que se revela a mitad de trayecto formando parte de un complicado entramado que desemboca en la misma persona: la Muerte Blanca. De la que todo el mundo habla, pero a la que casi nadie —ni el espectador— conoce. Acompañan actores de primer orden como Michael Shannon, Sandra Bullock (muy estirada… de piel), Zazie Beetz, Logan Lerman, y más.

La película navega de adelante a atrás y, al revés, del pasado (flashbacks muy interesantes) al futuro; a veces en cámara lenta y otras en cámara superrápida. Los que parecen buenos son malos, los que podrían tener gracia, en verdad resultan patéticos, y los tristes antes que dar pena dan mucho que pensar.

Nuestro Leitch, por si alguien no lo sabe, comenzó su carrera haciendo dobles, de hecho, fue el doble de Pitt en varias películas. Como director de "Atomic Blonde" y "Deadpool", Leitch es un director de acción con auténtico talento que puede hacer que las imágenes destaquen en una variedad de formas únicas. Esta, su última película, es uno de los mejores filmes de acción del año y también de los más divertidos.
Kikivall
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