Un poco lo de siempre. Un asesino en serie, o aquí dos,y hay que dar con ellos.
Se encarga un Auteil que hace de policía borracho porque, como siempre, se bebe para olvidar, aunque aquí parece que bebe para recordar.
Si solo fuera eso… Escenas desagradables, cutrerío, horrores varios, repetidos, insistencias en enseñar a las víctimas, ni una inteligente elipsis.
A quienes les guste lo gore, o casi, disfrutarán. Quienes no lo pasan bien con ese tipo de cosas… pues lo pasan mal. A no ser que la dejen de ver al primer cuarto de hora. Que es quizá lo que debería de haber hecho yo.