MR 73

Una cinta seria que descarga con acierto todo su peso sobre el protagonista y en la que el paralelismo de las historias se une sin giro en el guión, lo cual se agradece en estos tiempos de sorpresa, sorpresa, y que abusa de la oscuridad, la lluvia y los interiores mugrientos para narar la huída, por la vía rápida, del infierno que arde dentro y amenaza afuera a uno de tantos seres incapaces de encajar los golpes que le propina, por ejemplo, Dios. Cada uno escapa a su manera, y gracias a, por ejemplo, Dios, no todo el mundo tiene a mano una MR 73.

Me sorprende su baja puntuación, y tan sólo aspectos técnicos que se me escapen podrían convencerme de que esta producción no es, como poco, notable.

Pero me da en la nuca que la causa real es la ausencia absoluta de humor.
Ni tan siquiera en momentos puntuales se permite la sonrisa. Y esto se castiga. Me siento obligado a recordarle al ser humano que se puede uno entretener sin reirse. Habrán comprobado que en las salas de cine la gente está reclinada en sus butacas esperando gags. Sea el género que sea, la gente esta ansiosa de escuchar un chiste, por muy malo, grotesco, barato o previsible que sea, para reir cual hiena encolerizada.
¿Que vacío nos domina? ¿Qué extraño hueco en la mente tiene bajo control a nuestra especie?

Tal vez Louis Schneider sea incluso afortunado por conocer la fuente de la que brotan sus penas. Ciertos asuntos dejarán de estar pendientes en breve. No lo duden. Es más, deberían hacer lo mismo.

Su prólogo es una declaración de intenciones rotunda y contundente: rodado en un fabuloso blanco y negro, en una conversa de apenas cuatro líneas, observamos como un personaje autodestructivo y sombrío se planta ante nosotros de un zarpazo, dando a entender que nada le detendrá y que, no sólo eso, sino además los remilgos no son lo suyo.

De este modo, Marchal que ya debutara con la fallida "36 Quai des orfèvres" demuestra en ésta "MR 73" que ha mejorado muchísimo, manejando a la perfección los espacios y leyendo sin despeinarse un guión del que se pueden extraer muchas lecturas pero que bajo la soberbia batuta de Marchal nos transporta a una historia sobria, oscura y desesperanzadora a más no poder, además de conferirle un pulso narrativo tremendo, que da a cada pausa y a cada instante una importancia vital, transformando los tiempos muertos en inteligentes Flashbacks que, a su modo, funcionan como eje narrativo y nos transportan a los rasgos y conflictos internos de sus protagonistas, y haciendo del montaje paralelo una poderosa arma sobre la que montar dos relatos sin que ninguno de ellos se resienta y construir un clímax prácticamente apoteósico.

El francés, empleando un retrato sobre dos personajes que parecen haber perdido hasta el último resquicio de esperanza y que, abordados cada uno por sus recuerdos, se ven abocados a un universo propio de amargor, aprovecha también para trazar un retrato gris sobre el cuerpo policial y su fuero interno, pero quedando éste en un mero cimiento para sustentar dos historias tan trágicas y desoladoras que, una vez llegado al final del viaje, uno no puede más que hundirse debido a esa emoción contenida durante todo el film, que a su término estalla gracias a una conclusión triste éste peliculón que, entre dejes del cine negro más puro y momentos del policial más compacto, teje una telaraña de la que es muy difícil salir, y de la que uno pide a gritos escapar para no ahogarse, como sus protagonistas.


"-Cree en Dios, doctora
-Sino, yo no estaría aquí
-Dios es un hijo de puta, y un día lo mataré"

Si señor, me gusta ver que después de esa implacable y maravillosa "36 quai des orfèvres" Olivier Marchal sigue realizando sus películas de acción, llámalo thriller, con sobriedad, al márgen de la espectacularidad tontuna hollywoodiense, con la seguridad de quien hace lo que quiere con una finalidad y con historia de por medio. "MR 73" tiene de nuevo a Auteuil al frente y de nuevo como policia, y probablemente Marchal lo tenga siempre que quiera porque le está regalando grandes papeles, de lo mejor que ha hecho en sus últimos años de carrera. Al contrario que en "36 quai des orfèvres" donde la premisa era clara y a pesar de eso uno se sorprendía por la sabiduría, el ritmo y el buen hacer en su construcción ésta que nos concierne ahora es una película que se construye muy poco a poco, tiene al espectador mucho tiempo intentando averiguar qué une las historias de los respectivos personajes principales y finalmente esto que puede ser visto como un simple juego de atracción para tenernos pensando todo el rato se desvela algo menor si nos atenemos a los mensajes que cubren el conjunto de la película, ese hundimiento del ser humano, esa corrupción, esa devastadora soledad de quién ve reconducida su vida hacia la tragedia, esa resignación a la injusticia... Y además nos reencontramos con Philippe Nahon, qué extraño placer el de contemplar a este monstruo galo ( Noé ¿dónde te metes?). Un film negro de magnífico comienzo, más que acertado tono y desarrollo y devastador desenlace. Para seguir confiando en el thriller como arma de buen cine.

Hay cosas que no se saben en la historia del cine, como la época de negra desesperación que vivieron los cineastas franceses cuando no se hablaba en las películas. Por suerte para ellos, llegó el cine sonoro, acontecimiento tan importante para la cinematografía gala que hoy día todavía sigue siendo el país en el que se escriben más verborreas por metro de celuloide. Y es que todavía persiste un cierto miedo a que vuelvan los oscuros tiempos del cine mudo y por alguna razón se les obligue a resumir en parcos cartelitos todas esas millones de cosas que necesitan decir en cada una de sus películas.

Si el género thriller policíaco no es particularmente verborreico, en "MR 73" se consigue doblar la cantidad estándar de diálogos acostumbrados en el género mediante la sutil técnica de introducir un personaje innecesario cuya única función en la trama es poner la verborrea que la historia en sí no deja lugar. En este caso es una rubia madura de más o menos buen ver (otro personaje típico del cine galo) que no aporta absolutamente nada, pero está ahí cada vez que toca una escena de esas de charla redundante.

No contentos con ello, los franceses responsables de la cinta meten a otra mujer en una trama distinta que más o menos se tira casi toda la peli teniendo flash-backs y realizando acciones que nadie entiende.

La peli tiene dos tramas que creo que no tenían nada que ver la una con la otra, a menos que se me haya escapado algún detalle: asesinos distintos, investigaciones distintas, etc. No sé cuál es la intención de poner estas dos tramas y no centrarse en una.

Parece que único que parece algo centrado en la película es la intención de que Auteuil se saque algún premio con el típico personaje jugosón de poli borrachuzo y lleno de dramas internos en los que no se profundiza, sólo se resuelven (de nuevo) con montones de flash-backs.

En resumen que "MR 73" es larga, aburrida, densita, frustrante por lo mal contada que está, con actores reguleros (salvo Auteuil) y sin un rumbo demasiado claro. Al final, no hay manera de aclararse: ¿de qué demonios va esta película? ¿qué pretende?

A medio camino de todo y encaminada a la más pura nada. MR is for MERDE.

Olivier Marchal es un tio interesante. Evidentemente MR73 (segun me enteré viendo la peli es la marca de un revolver) tiene menos calidad que la anterior. Pese a eso, la historia de este
poli roto por la culpa pero aún con chispazos de genialidad no deja de interesar... La peli es oscura, los polis están todos medio mugrientos y con pelo engrasado, los espacios son lóbregos, tanto los carcelarios como los familiares... La oscuridad es el tono predominante en este thriller amargo... y la nota de ternura la ponen tanto el hermoso gato como el perrito que ese poli amargao va recogiendo por ahí...
Es verdad que el final es un poco precipitado pero bue... parecía la única salida posible para el pobre tío que por lo menos no se va solo... Me gusta mucho la mujer de Marchal, Catherine...
Tal vez no bella pero super interesante en esas miradas culposas... Los polis casi todos ellos son actores que repiten de la anterior pero con un rol muy diferente. Primera vez que veo a Auteuil (excelente siempre) en plan borracho... Un realismo tal que me dio hipo.
Le he puesto 6 puntos justamente por eso, no se si buena, pero sí muy interesante. Le agregaría Medio punto más si me dejaran.