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Voto de Lucien:
7
6,3
14.901
Ciencia ficción. Drama. Romance
Rhoda Williams, una brillante joven que acaba de ser aceptada en un programa de astrofísica del MIT, aspira a explorar el universo. John Burroughs, un compositor que acaba de alcanzar la cima de su carrera, está a punto de ser padre por segunda vez. Rhoda y John no se conocen, pero la víspera del descubrimiento de un planeta Tierra duplicado tiene lugar una horrible tragedia que entrelaza y altera de modo irreversible sus vidas. (FILMAFFINITY) [+]
5 de agosto de 2011
118 de 145 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor con "Another Earth" es, de hecho, no saber demasiado sobre su argumento. Por ello, simplemente adelantaré el carácter del film y su planteamiento.
Cahill nos presenta al comienzo a una atractiva joven de 17 años, Rhoda, apasionada de la astronomía y con un futuro prometedor. La noche en que salta la noticia del descubrimiento de una segunda Tierra, Rhoda provoca un accidente de tráfico y accidentalmente mata a dos miembros de una familia (madre e hijo). Tras un breve período en una prisión para menores, Rhoda ha de enfrentarse al resultado de su acción. Se ve incapaz de proseguir con sus estudios, o de dormir en su cuarto. En lugar de ello, acepta un trabajo como limpiadora. Cada día, en las paredes de un instituto, trata de limpiar la mancha de su propio error. Perseguida por su conciencia, Rhoda, decide conocer al superviviente del accidente, un profesor y compositor cuya vida quedó también truncada el día del suceso. Bajo la excusa de limpiar casas, Rhoda empieza a entablar una relación de amistad con el prof. Burroughs. Al mismo tiempo que la relación de ambos va creciendo en intimidad, van sucediéndose las confusas informaciones sobre ese otro planeta, el cual cada vez se va asemejando más al nuestro. En medio de su enorme dilema moral, Rhoda ve en un concurso hacia esa otra Tierra una oportunidad de iniciar una nueva vida, sin culpa. Lo único que tendrá que hacer es mandar una breve carta a modo de ensayo. En un momento dado, la protagonista tendrá que dirimir su relación con el profesor y resolver su destino.
Lo primero que sorprende de la película es que el lado fantástico es apenas un fondo sobre el que se desarrolla la verdadera historia, un drama psicológico sobre la culpa y nuestra responsabilidad sobre nuestros actos. Así que quien espere un relato fantástico tendrá que esperar al final.
No sé si decir si es un acierto o no. Lo que puedo decir es que no esperaba un film tan apegado a su lado dramático. La eficiencia de este perfil dramático viene dado por la actriz Brit Marling (convincente con su fresca y espontánea interpretación) y por ciertos detalles de guión. En este sentido destacaría la hermosa historia que narra la protagonista sobre el primer cosmonauta o la escena en que el compositor toca para la chica una pieza para serrucho (sic.). Con tales detalles, el lector podrá hacerse la idea de qué clase de film nos encontramos: un título independiente y poco convencional. Eso es de agradecer, por más que no nos convenza la resolución de la historia.
En el lado negativo, además, está esa obsesión de directores independientes por la cámara en mano, ciertos problemas de edición y, en fin, ese final abierto algo desmañado.
Sobre este final, continúo en el spoiler, para quienes estén interesados.
Cahill nos presenta al comienzo a una atractiva joven de 17 años, Rhoda, apasionada de la astronomía y con un futuro prometedor. La noche en que salta la noticia del descubrimiento de una segunda Tierra, Rhoda provoca un accidente de tráfico y accidentalmente mata a dos miembros de una familia (madre e hijo). Tras un breve período en una prisión para menores, Rhoda ha de enfrentarse al resultado de su acción. Se ve incapaz de proseguir con sus estudios, o de dormir en su cuarto. En lugar de ello, acepta un trabajo como limpiadora. Cada día, en las paredes de un instituto, trata de limpiar la mancha de su propio error. Perseguida por su conciencia, Rhoda, decide conocer al superviviente del accidente, un profesor y compositor cuya vida quedó también truncada el día del suceso. Bajo la excusa de limpiar casas, Rhoda empieza a entablar una relación de amistad con el prof. Burroughs. Al mismo tiempo que la relación de ambos va creciendo en intimidad, van sucediéndose las confusas informaciones sobre ese otro planeta, el cual cada vez se va asemejando más al nuestro. En medio de su enorme dilema moral, Rhoda ve en un concurso hacia esa otra Tierra una oportunidad de iniciar una nueva vida, sin culpa. Lo único que tendrá que hacer es mandar una breve carta a modo de ensayo. En un momento dado, la protagonista tendrá que dirimir su relación con el profesor y resolver su destino.
Lo primero que sorprende de la película es que el lado fantástico es apenas un fondo sobre el que se desarrolla la verdadera historia, un drama psicológico sobre la culpa y nuestra responsabilidad sobre nuestros actos. Así que quien espere un relato fantástico tendrá que esperar al final.
No sé si decir si es un acierto o no. Lo que puedo decir es que no esperaba un film tan apegado a su lado dramático. La eficiencia de este perfil dramático viene dado por la actriz Brit Marling (convincente con su fresca y espontánea interpretación) y por ciertos detalles de guión. En este sentido destacaría la hermosa historia que narra la protagonista sobre el primer cosmonauta o la escena en que el compositor toca para la chica una pieza para serrucho (sic.). Con tales detalles, el lector podrá hacerse la idea de qué clase de film nos encontramos: un título independiente y poco convencional. Eso es de agradecer, por más que no nos convenza la resolución de la historia.
En el lado negativo, además, está esa obsesión de directores independientes por la cámara en mano, ciertos problemas de edición y, en fin, ese final abierto algo desmañado.
Sobre este final, continúo en el spoiler, para quienes estén interesados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
1. Al final de la película, Rhoda gana un pasaje para la otra Tierra. Antes de partir confiesa al prof. Burroughs la verdad. A punto de partir, Rhoda, reflexiona sobre el hecho de que, al ser un mundo prácticamente exacto al nuestro y de que el primer momento en que el planeta fue visible fue durante la noche del accidente, es posible que las líneas temporales hayan sido coincidente hasta entonces y a partir de ese momento diverjan.
Es decir, si hasta ese momento eran mundos idénticos, cabría la opción de que todo cuanto pasó después no hubiera pasado nunca en ese otro mundo. Si esto ya en sí resulta algo tramposo y conflictivo, ahora viene lo peor.
Rhoda acude a casa del profesor y le deja el pasaje para la Otra Tierra. Y allá va el profe, toma el pasaje y se va a la otra Tierra en busca de sus familia. A los cuatro meses, vemos a Rhoda volviendo a casa. Cuando llega a su casa una sorpresa le espera: su otro yo.
Con ello, el director deja abiertas muchas interpretaciones. La mía es que la Rhoda de la Otra Tierra también ganó el pasaje para su Otra Tierra (la nuestra). El accidente nunca pasó allí. Madre e hijo nunca murieron. Nunca tuvo una relación con el profesor (de otro modo, le hubiera dado el pasaje y sería el profesor el que apareciera). Ella escribió su ensayo, ganó el concurso y cruzó hacia nuestro mundo.
Ok, el problema es el siguiente: cómo justificar que se repitan ciertas cosas (que ella escriba un ensayo perfecto para el concurso, etc.) y que otras cosas no. Y el otro problema es qué apunta el final fantástico al desenvolvimiento de la historia, a profundizar su contenido. No sé parece un poco cogido por los pelos. Suena a Deus Ex Machina para rayarlo a uno.
2. Por cierto, presten atención a la escena en que Rhoda escribe unas palabras en la palma del viejo compañero de trabajo en el Instituto, cuando lo visita al hospital.
Es decir, si hasta ese momento eran mundos idénticos, cabría la opción de que todo cuanto pasó después no hubiera pasado nunca en ese otro mundo. Si esto ya en sí resulta algo tramposo y conflictivo, ahora viene lo peor.
Rhoda acude a casa del profesor y le deja el pasaje para la Otra Tierra. Y allá va el profe, toma el pasaje y se va a la otra Tierra en busca de sus familia. A los cuatro meses, vemos a Rhoda volviendo a casa. Cuando llega a su casa una sorpresa le espera: su otro yo.
Con ello, el director deja abiertas muchas interpretaciones. La mía es que la Rhoda de la Otra Tierra también ganó el pasaje para su Otra Tierra (la nuestra). El accidente nunca pasó allí. Madre e hijo nunca murieron. Nunca tuvo una relación con el profesor (de otro modo, le hubiera dado el pasaje y sería el profesor el que apareciera). Ella escribió su ensayo, ganó el concurso y cruzó hacia nuestro mundo.
Ok, el problema es el siguiente: cómo justificar que se repitan ciertas cosas (que ella escriba un ensayo perfecto para el concurso, etc.) y que otras cosas no. Y el otro problema es qué apunta el final fantástico al desenvolvimiento de la historia, a profundizar su contenido. No sé parece un poco cogido por los pelos. Suena a Deus Ex Machina para rayarlo a uno.
2. Por cierto, presten atención a la escena en que Rhoda escribe unas palabras en la palma del viejo compañero de trabajo en el Instituto, cuando lo visita al hospital.