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Voto de El Extranjero :
9
7,0
2.872
Aventuras. Intriga. Drama. Thriller
David Locke (Jack Nicholson) es un desilusionado periodista que emprende una peligrosa investigación sobre las intrigas políticas internacionales que facilitan la implantación de regímenes dictatoriales en algunos países africanos, lo que le hará vivir situaciones muy arriesgadas. (FILMAFFINITY)
8 de abril de 2017
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me acercaba con cierto recelo a esta película debido a que algunas críticas no dudaban en tacharla de lenta y aburrida, pero nada más lejos de lo contrario, la película me ha parecido de lo más interesante. Te gana hasta en los pequeños detalles. Por ejemplo, es cierto que el comienzo es realmente pausado pero por ahí anda Jack que sin hacer ninguna hazaña en particular logra centrar el interés. La premisa, de carácter extraño, surgida a partir de una casualidad fatídica, ambientada en un lugar remoto, poco explorado, unida a la fantástica dirección de Antonioni, que pretende reseñar con precisión todos los pormenores hasta alcanzar una descripción exhaustiva, hacen que la propuesta resulte atractiva.
Otro milagro conseguido por esta película es que por muy inverosímil o poco habitual que pueda parecer lo que se está contando, en ningún momento lo parece. De hecho las escenas más surrealistas se abordan con tanta naturalidad que el calificativo más idóneo que se me ocurre para describir lo que transmite es encanto. Véase por ejemplo como cuando Jack está sentado en un banco en una ciudad a la que acaba de llegar y que no conoce, ve a un transeúnte (un entrañable anciano) y le pregunta: "¿Qué sitio es este?" Poco después llega a escena un ruido lejano. Proviene de unos niños están jugando, al fondo de la imagen. El abuelo hace un comentario que denota cierto pesimismo en relación a que se acostumbra ver a las nuevas generaciones como la clave de la enmienda de los errores que hemos cometido nosotros, cuando en realidad se trata de la reproducción del mismo error. Nicholson quiso conocer la naturaleza de una reflexión tan enigmática y le pidió que se explicase. El anciano accede, si no le importa a contarle su historia, pero es algo que ya no vemos en la película. Ahora bien, ¿es realista lo que acabamos de presenciar? ¿Es creíble? No demasiado, pero no importa, porque parece que sí.
No se señala como su principal propiedad, pero me ha parecido una película muy romántica. Captura la belleza de la vida en experiencias y pasajes fugaces que no necesariamente tienen que ir ligados a la felicidad o perpetrarse en el tiempo. Particularmente bonitas me han parecido las imágenes del paisaje que van dejando atrás Nicholson y Schneider viajando en el coche. Árboles con marcas de pintura situados a lo largo de las inmediaciones de la carretera de los que se alejan a toda prisa. Después, desde arriba, se nos muestra a Jack al que el viento le da en el rostro. Ella contempla la hipnótica galería de árboles dejados atrás. No hay nadie más que disfrute de este bello paisaje en un día tan radiante. Escenas como esta contrastan con el eje central de la película, la de un hombre que no encuentra el sentido a la vida y al que nada parece ilusionarle. No obstante hay instantes en su anodina percepción de la vida en los que tiene objetivos, sigue adelante. Como cuando conoce a María Schneider, la muchacha en la que reparó en una ciudad extranjera días antes y el viaje emprendido conforme a las citas acordadas por la persona muerta cuya identidad tomó. La naturalidad en el trato entre ambos está presente en todo momento, al igual que la minuciosa y cercana dirección, que con abundantes planos fijos pretende acercarse a la exacta sensación que cada uno, especialmente se centra en en Nicholson, el protagonista, está experimentando en cada momento. Los diálogos a lo largo de toda la película desprenden interés y una sensibilidad poco corriente.
Otro milagro conseguido por esta película es que por muy inverosímil o poco habitual que pueda parecer lo que se está contando, en ningún momento lo parece. De hecho las escenas más surrealistas se abordan con tanta naturalidad que el calificativo más idóneo que se me ocurre para describir lo que transmite es encanto. Véase por ejemplo como cuando Jack está sentado en un banco en una ciudad a la que acaba de llegar y que no conoce, ve a un transeúnte (un entrañable anciano) y le pregunta: "¿Qué sitio es este?" Poco después llega a escena un ruido lejano. Proviene de unos niños están jugando, al fondo de la imagen. El abuelo hace un comentario que denota cierto pesimismo en relación a que se acostumbra ver a las nuevas generaciones como la clave de la enmienda de los errores que hemos cometido nosotros, cuando en realidad se trata de la reproducción del mismo error. Nicholson quiso conocer la naturaleza de una reflexión tan enigmática y le pidió que se explicase. El anciano accede, si no le importa a contarle su historia, pero es algo que ya no vemos en la película. Ahora bien, ¿es realista lo que acabamos de presenciar? ¿Es creíble? No demasiado, pero no importa, porque parece que sí.
No se señala como su principal propiedad, pero me ha parecido una película muy romántica. Captura la belleza de la vida en experiencias y pasajes fugaces que no necesariamente tienen que ir ligados a la felicidad o perpetrarse en el tiempo. Particularmente bonitas me han parecido las imágenes del paisaje que van dejando atrás Nicholson y Schneider viajando en el coche. Árboles con marcas de pintura situados a lo largo de las inmediaciones de la carretera de los que se alejan a toda prisa. Después, desde arriba, se nos muestra a Jack al que el viento le da en el rostro. Ella contempla la hipnótica galería de árboles dejados atrás. No hay nadie más que disfrute de este bello paisaje en un día tan radiante. Escenas como esta contrastan con el eje central de la película, la de un hombre que no encuentra el sentido a la vida y al que nada parece ilusionarle. No obstante hay instantes en su anodina percepción de la vida en los que tiene objetivos, sigue adelante. Como cuando conoce a María Schneider, la muchacha en la que reparó en una ciudad extranjera días antes y el viaje emprendido conforme a las citas acordadas por la persona muerta cuya identidad tomó. La naturalidad en el trato entre ambos está presente en todo momento, al igual que la minuciosa y cercana dirección, que con abundantes planos fijos pretende acercarse a la exacta sensación que cada uno, especialmente se centra en en Nicholson, el protagonista, está experimentando en cada momento. Los diálogos a lo largo de toda la película desprenden interés y una sensibilidad poco corriente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El final de la aventura es extraño pero revelador. Confirma el desapego y el pesimismo ante la vida propuesto hasta el momento, personalizada en buena medida en la triste anécdota que le cuenta Jack a Maria a modo de despedida. Jack muere sin más, de manera misteriosa, de un paro cardíaco. Justo de la misma manera que lo hizo el hombre cuya identidad tomó. Creo que la película pretende decirnos, sin incurrir en fenómenos paranormales, de que se murió simplemente porque no quería vivir. Se quiso morir y se murió. El macabro sabor que una situación así produciría aquí pretende ser sustituido por la desolación de lo que ha pasado. Nadie hablará de él, de hecho nadie quiso reconocerlo, ahora que por fin se le ha encontrado. Jack estaba teniendo una vida con la que no estaba satisfecho, a pesar de parecer que lo poseía todo. Como siempre suele suceder, las causas de la insatisfacción de cada uno solo son comprensibles por el propio responsable, por uno mismo. Los dictámenes procedentes del exterior, en relación al intento de comprensión de lo que nos pasa en nuestro interior, suelen nadar en la torpeza. Y es que a pesar de todo nadie llorará por ninguno de estos hombres, ni nadie tampoco derramará lágrimas amargas sobre su tumba. Es el mensaje que prevalece de esta película. Si se lo han buscado o no en este caso pasa a ser un poco lo de menos; se acostumbra a dejar de someter a juicio a una persona una vez que esta haya muerto.