Es cierto, incluso la puse un 9 pero es que tras volver a verla no me lo pareció. Porque no lo es. Y lo digo porque tras revisar sus 79 minutos me percaté de que la mejor estrategia que tiene para resultar graciosa es la de mostrar al chaval protagonista, (un personaje de pardillo de cuidado mal construido; sin el menor atisbo de credibilidad) en cuya casa se celebra la fiesta, cada vez más preocupado y sufriente. En medio, chicas jóvenes cuyos bellos senos se ha tenido el cuidado de filmar sin que la cámara tiemble (pocas veces más a lo largo de la película ha estado tan quieta), tontería intrascendente y chorradas sin chicha ni gracia. La sensación es de caos, sí, pero todo resulta extrañamente demasiado ordenado, la broma se va transformando en travesura de manera paulatina y calculada, como si hubiera un moderador de por medio diciendo qué hay que hacer ahora y adonde ir. No es creíble ni por casualidad. Ni tampoco demasiado divertida. La ridícula actitud asignada a los personajes femeninos hacen que todo resulte más bochornoso aún.