El protagonista es un veinteañero que lo mismo te mata a alguien por encargo que se va luego de juerga esa misma noche, esto es así hasta el punto de que uno tiene la impresión que el eje central de la película gira en torno a su indecisa vida sentimental (en un principio parece que no tiene del todo claro a qué mujer escoger, le vemos como 'probando experiencias'; la madura parece adecuada pero lo joven también es atractivo) y existencial (desarrolla un apego especial por ciertos individuos de su entorno marginal). La trama criminal es mínima, está poco desarrollada y carece de enjundia, da la sensación de que es irrelevante.

Por otro lado el bajo presupuesto se hace notar y la arritmia supone otro handicap para un metraje lleno de repetitivos planos grises, apagados, con el protagonista caminando solo en lugares diferentes.

Luego tenemos algunas escenas que si bien no es que empeoren el conjunto, sí que resultan llamativas, como en la que el protagonista, en medio de un asedio a un piso para llevar a cabo un interrogatorio a punta de pistola, sube al piso de arriba tranquilamente como si nada y pide una aspirina. En industrias cinematográficas de otros países este episodio sería improbable, si acaso a lo mejor en EEUU podría ser introducido con un marcado propósito de hacer gracia, pero aquí no es el caso, la naturalidad no abandona en ningún momento el ambiente.

Eso sí, el hermano calvo, un individuo de imponente complexión que habla con una voz que mezcla los tonos agudo y grave, casi podríamos en decir en susurros e imponiendo siempre, sobresale.