Jajajajaja, no os podéis ni imaginar lo que me reí en ese momento. Di para atrás y todo para volverlo a ver. Pero el título que he decidido poner a este crítica no debe servir de referente equívoco, y es que si la impresión que os ha dado de que esta película es en plan 'Aída' (no lo digo para mal, gran serie por cierto) o alguna de las insolentes variaciones de 'American Pie' pero made in Spain, por ahí tampoco van los tiros.

Lo que tenemos delante es una correcta producción dramática más bien que cómica, que se gana el aplauso, o al menos la aprobación entre el grueso del público más curtido porque plantea aspectos cumpliendo con su propósito, que el espectador piense. Bien es verdad, que 'lo bueno', circunstancias que pueden generar un mayor interés se dan en la segunda parte de la película, pero lo cierto es que ya se pueden entrever antes, posos argumentales que son planteados en base a los cuáles después son desarrollados, y en torno a los cuáles girará la película. Son un cúmulo de problemas y realidades complejas de sintetizar, pero que a ninguno de nosotros nos parecerán provenientes de otro mundo, pues son episodios como el enchufismo, el abuso de poder, y todas las consecuencias que este tipo de cosas acarrean, que pueden son múltiples. Bien, la película hace muestra de originalidad y nos ofrece su versión, una propuesta que no brilla demasiado, debido a su lentitud en la fluidez en algunos momentos, pero que bajo mi opinión no debe ser infravalorada, y ser visualizada hasta el final, pues es cuando todas las tramas evolucionan.

Es este tipo de películas del cual es más fácil renegar y condenar, aunque también hay opiniones que la ensalzan exceso, habiéndoles gustado mucho. Yo me quedo en el seis, en el medio tirando más para arriba que para abajo, y concluyo, no sin antes añadir el detalle, de que en efecto, la labor cómico de los actores es excepcional y fabulosa, especialmente de Juan Diego (hay que ver lo que le pega a ese hombre hacer de poderoso, siendo manifiestamente de izquierdas) y de Luis Tosar, cuya tosca presencia en escena esconde una facilidad para clavar a un tipo brusco que con su mal humor, sus brotes de agresividad y su particular visión de las cosas, suponen risas aseguradas, aunque esa no sea la intención directa (como por ejemplo se da en 'Celda 211', una grandísima película).