Me cuesta creerme esta película. Solo Brad Pitt puede hablar con esa solemnidad después de que le peguen tres tiros. Pero en realidad mi problema con esta película viene porque no es capaz de engancharme en los momentos que no son los de acción, y para colmo estos últimos tampoco me convencen. La dirección es nefasta porque no se ve nada todo el rato. Humo, escenas borrosas y barro, ya está. Por si fuera poco tampoco son nada creibles. Quizás antes de colmar de tantos Razzies a Sylvester Stallone deberían de aprender de él como dirigir una película bélica. Además casi no hay sangre, y esto en las películas de los últimos años es intencionado, estoy harto de repetirlo. En todo lo referente a lo psicológico, cada vez que se empieza a abordar un matiz, el plano se corta y a otra cosa. No profundiza, no termina una reflexión, no estremece como debería. Todo es planicie e inspira indiferencia. Bueno, esa intención de Pitt de quedarse a "defender la posición" en una situación muy adversa alegando que "ese tanque es su vida" y que "ese es el mejor trabajo que nunca ha tenido" trastoca porque ahí nos imaginamos lo triste que es el alcance de las dimensiones de su vida y hasta podría pasar por bonito, si no fuera por la sensación de que todo esto es impostado: las increíbles secuencias de batalla, el histrionismo en los momentos más inexplicables, la entereza en el habla de un moribundo, las permutaciones momentáneas, y la extraña concepción de suerte que se tiene en esta película. Por no hablar de la horrible sinfonía, ¡menuda tortura!