Entretenida película que sabe suscitar la simpatía con puntuales matices que la hacen más disfrutable al espectador aficionado al género. Lo más interesante de esta atípica pero medianamente convincente propuesta de cine de venganzas, es quizás la esencia de la arrogancia que corre a cuenta del personaje interpretado por Christian Slater. Pudo haber eliminado de raíz al posterior causante de su gran problema final, pero no lo hizo, algo que a muchos les parece un error irracional y absurdo a todas luces. Pero ocurre que la manera de pensar y de actuar de personas con un perfil parejo al de Dolan marcha de una manera distinta a la mayoría de las personas, que es más práctica, solvente, sencilla, y en cierto modo previsible, pues obedece a una serie de instintos inamovibles. Dolan vive 'más al límite' y es por ello por lo que resulta imprevisible, no es un alguien que atienda a rutinas y a procedimientos tramitarios, él quiere ir más allá, disfrutar innovando su retorcido modus operandi en lo que se crece y no deja indiferentes a los que le rodean, da de lo que hablar. Si no, no siente la plenitud. No es de los que asegura sus goles, sino que siempre perseguirá marcar uno más bonito y vistoso que el anterior, de lo contrario no le vale.

Su personaje termina por ser exagerado, por ademanes y texto y la película en sí presenta demasiadas lagunas e inconsistencias, pero la película tiene el suficiente encanto genuino, exclusivo de las producciones que se editan en DVD como para salir del paso. No es demasiado mala como la nota media pueda presagiar, sobre todo si el servidor tiene predilección y 'amor' por el género. Y yo prefiero quedarme con lo que me ha gustado, con aquello que he encontrado útil de esta película.