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Voto de El Extranjero :
10
Terror. Fantástico Will Randall es un ejecutivo de mediana edad, un tanto apocado, que trabaja en una importante editorial. Conduciendo su coche, en una noche de luna llena, se ve obligado a pararse a causa de la nieve. Al bajarse del vehículo, un lobo le muerde una mano. Pronto empieza a notar extrañas transformaciones en su cuerpo coincidiendo con las fases de luna llena. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2023
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tierno y conmovedor drama romántico -ahora mismo me cuesta recordar a una pareja de actores que a mis ojos, pareciese más enamorada que Jack Nicholson y Michelle Pfeiffer- que también es un interesante thriller sobrenatural. Los diálogos los he encontrado cínicos, sarcásticos y divertidos, a los que el insuperable doblaje compuesto en su mayoría por voces graves y familiares (la áspera, magnética y casi sin pretenderlo socarrona e indolente, marca de la casa, defecto de fábrica, de Rogelio Hernández es legendaria, pero atención también a Marta Angelat, que gasta un timbre imponente, muy agradable y seductor) pone el broche de oro para una experiencia cinematográfica que me ha hecho emocionarme, aunque esto último lo voy a atribuir al malestar general y a los múltiples padecimientos en los que me tiene sumido este maldito resfriado, gripe o lo que diantres sea que me lleva amargando la existencia estos últimos días.

El argumento es bastante sencillo, pero la película atesora encanto ya que trata de ilusionar al espectador con la ternura y la inocencia de un cuento infantil hecho para adultos, resultando vistosa y simpática en las evidentes pistas que va dejando al espectador. Las estupendas interpretaciones de todos hacen el resto, -Michelle Pfeiffer se encontraba en la cima de su belleza y Nicholson era apuesto y se movía con una actitud corrosiva pero imperturbable, creo que es por eso por lo que ya desde muy niño siempre me gustó-. La envolvente factura noventera te sumerge de lleno en la historia, le da una apariencia natural y auténtica (pese a lo disparatado del guión), como la de un cuento del que no quisieras salir (me pasa también con Harry Potter).

Aparte de su ensalzamiento de la atracción animal y de los instintos primarios, creo que me gusta porque inmortaliza a unos actores reconocidos por todos en su máximo esplendor, capturando la belleza y la vitalidad. Un clásico que recuerda una época ya desaparecida.

Dicen por aquí que no ven creíble que Pfeiffer se liara con un Nicholson envejecido y medio calvo, recién despedido de su trabajo, pero es que actuaciones, personajes y personalidades así, maduros, con buena oratoria, sosegados, pero seguros, nobles y decididos pueden ejercer un mayor poder de atracción que el dinero o una juventud vigorosa pero irreflexiva y desconsiderada. Actores como él o Michael Caine, o Gene Hackman, por decir dos, a sus cincuenta-sesenta les daban mil patadas en carisma a los jóvenes que hoy día son cabeza de cartel.

Para prueba el siguiente diálogo:
Se están conociendo. Nicholson ha venido a la mansión de Plummer a anunciarle que pasa del cochambroso puesto al que le degrada, prefiere renunciar. Pfeiffer es la hija, su relación con el padre es distante. (Anteriormente Nicholson y ella se vieron por primera vez cuando Plummer invitó a todos sus empleados a cenar a su mansión para informarles de sus nuevos puestos.)

PFEIFFER: -Vamos a tener que cancelar el almuerzo porque acabo de recordar de que solo tengo crema de cacahuete y algo de mermelada.
NICHOLSON: -¿Lo dice en serio? La crema de cacahuete es como leche materna para mi. (Lo dice con sorna pero con una elegancia indiscutible.)
Pfeiffer ve lo que hay, en realidad le está poniendo a prueba, y sin alterarse lo más mínimo le dice:
-Escuche, si cree que va a pasar algo, no es así, no lo dé por sentado solo porque la otra noche intercambiamos unas palabras.
-Yo no doy nada por sentado, señorita Alden. Salvo quizá un pequeño grado de cortesía por parte de mi anfitriona.
(COMEN. Nicholson es un espectáculo, haga lo haga, un tipo muy expresivo, me hace gracia a cada rato.)
N: -¿A qué se dedica?
P: ¿Qué más le da?, responde aparentemente aburrida.
N: Nada, solo pretendía hablar de algo.
P: Prefiero no hablar de lo que hago.
Nicholson le da un trago a su vaso de leche y se arma de valor:
-¿Sabe? (Carraspea, va para delante.) Creo que ahora comprendo como es usted. Es muy hermosa y cree que los hombres solo se interesan por usted porque es hermosa, pero quiere que se interesen por usted por ser como es. El problema es que aparte de esa hermosura no es muy interesante. Es grosera, es hostil, es hosca, es reservada. Lo sé, usted quiere a alguien que vea a la auténtica persona que hay debajo, pero la única razón por la que alguien se molestaría en mirar detrás de todo eso es porque es hermosa. ¿Irónico, verdad? En cierto modo su problema es usted.
(PAUSA)
-Lo siento, intento fallido. No me ha desconcertado con su aguda perspicacia ni, de pronto, me he sentido desafiada. ¿Nos terminamos la leche en la sala de estar?
El Extranjero
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