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España España · Málaga
Voto de Kaori:
5
Western. Musical. Comedia Un granjero de Michigan y un buscador de oro se asocian en plena fiebre de este metal en California. Sus aventuras incluirán el comprar y compartir una esposa, apoderarse de un teatro, secuestrar a seis prostitutas y convertir su campamento minero en una auténtica ciudad. (FILMAFFINITY)
26 de mayo de 2013
8 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, pues nada, ya sabéis lo que tenéis que hacer. Si tanto os gusta compartir amante, dejad a vuestra novia o esposa en brazos de algún amigo. Que si le apetece a la muchacha un revolcón ajeno al lecho conyugal, ¿por qué no? Si no se decide entre tú y el otro, ¡los dos! Comportémonos todos civilizadamente, modernamente, libremente y cambiemos el concepto de fidelidad y amor... ¿Es lo que queréis?

Porque yo no, y dudo mucho que una buena parte de los que admiran «La leyenda de la ciudad sin nombre» estén dispuestos a ello. Pero, claro, ábrete boca y di lo que sea. Ya me gustaría a mi ver a estos adelantados, a esos progresistas de la moral, inmersos en un trío como el que representa la película; trío, por cierto, que ni es amoroso, ni es sexual, ni es na’. Es una relación fría y distante, porque sólo una relación fría y distante puede sustentarse a tres bandas. Evidentemente, detrás de esta postura subyace la fantasía del uso y abuso de la mujer; es decir, que al hombre le encantaría tener a su placer, sin ningún miramiento y sin ningún pudor, a cualquier fémina, y para ello hay que insistir en esa «liberación» sexual que tanto se alaba. Luego, viene lo de siempre: menos mi madre y mi hermana. Ni mi novia.

También he de decir que Elizabeth (Jean Seberg) es tonta de remate. Pudiendo tener a Clint Eastwood en exclusiva, ¿para qué quieres a Lee Marvin? Inconcebible, incomprensible, una mera forma de meter con calzador la teoría libertaria que no cuela dadas las circunstancias. Además, un Eastwood que está hecho todo un galán, con esa sonrisa que por una vez y sin que sirva de precedentes prodiga en esta ocasión para infarto de las espectadoras; que hombre tan sexy, por favor. ¿Y teniendo a este señor, te metes en la cama voluntariamente con otro sucio, borracho y no sé cuántos años más viejo que tú? Pero, ¡dónde se ha visto eso!

Sin embargo, no os creáis que pese a lo dicho «La leyenda de la ciudad sin nombre» es una indignidad. Muy al contrario, lo que empieza casi como aberración, se va desenvolviendo con mucho sentido del humor, grandes interpretaciones y cierta reconversión social que desemboca en un infierno en la tierra muy particular. Lee Marvin está sembrao’, y hasta a Clint le sale una vena cómica irrepetible. Retrato de la masculinidad bochornosa, por cierto, obsesionada con el sexo, el tabaco, el alcohol y el dinero de la manera más baja y vulgar; cuando bailan y pisotean el barro de las calles es una alegoría perfecta del alma de estos hombres que realmente no demuestran maldad, pero, leches, ¡qué bestias son! Y sin reparos a la hora de hacer fortuna a costa de la prostitución. En fin, de nuevo, las mujeres como carnaza y los hombres ajenos a toda visión caballeresca, cosa que parece gustar mucho.

Simpática, aunque larga. Como musical, malo, pero al final la música es lo de menos. Aceptable.
Kaori
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