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España España · Málaga
Voto de Kaori:
7
Cine negro. Intriga. Drama Steele, un guionista con fama de conflictivo y violento, tiene que afrontar la difícil tarea de adaptar un best-seller de nula calidad literaria. Casualmente se entera de que Mildred, la chica del guardarropa del club que frecuenta, ha leído la obra en cuestión. Decide entonces llevársela a su casa para que le cuente el argumento. Pero, a la mañana siguiente, la policía se presenta en su casa y le comunica que Mildred ha sido asesinada, ... [+]
5 de junio de 2016
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicotomía de la violencia, «Un lugar solitario» es otra gran obra de ese gran director que fue Nicholas Ray.

Humphrey Bogart cuelga el traje de glamour para ensuciarse las manos con un personaje demoledoramente humano en su sinceridad. Un escritor cínico, creativo, con talento y, esta es la clave, con una marcada agresividad. ¿Un buen hombre? Es posible que sí. Y esa es la tragedia. La violencia es una condición humana que no podemos negar, que no debemos olvidar. La pulsión agresiva es intrínseca al hombre y es necesario domarla para poder establecer relaciones sanas con el resto de personas, también con la persona que amas. El Dixon Steel de Bogart es uno de lo más fieles retratos del hombre violento que podremos ver jamás. Encantador y maravilloso, duro, pronto al genio y al golpe, ya sea por honor, por defender a un amigo, por ira o por celos. En este caso, la violencia doméstica, una vez más, no tiene relación con el machismo con el que se trata de despachar el problema, sino con un conflicto interno más hondo y generalizado de la persona, incapaz de asumir la frustración y controlar sus impulsos.

El guión alterna de maravilla el thriller, si bien la investigación policíaca se queda en un segundo plano, con el drama romántico para ir descubriendo poco a poco la auténtica naturaleza de las personas y profundizar en las consecuencias de la violencia. La Laurel Gray de una rubia Gloria Grahame, a mi parecer nunca tan guapa como aquí, demostrará una enorme dignidad y entereza en medio del miedo, porque el amor puede que sea ciego pero las mujeres no debemos serlo. La secuencia del desayuno es espectacular por la tensión y la sensibilidad que desprende, con lección de cómo escribir incluida, y el desenlace, que no puede ser otro y además es perfecto, nos deja con la trágica sensación de que el amor no siempre es suficiente.

Hermosa, cruda y, sobre todo, verdadera.
Kaori
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