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España España · Málaga
Voto de Kaori:
7
Aventuras. Drama En la jungla sudamericana, el propietario de una gran plantación (Charlton Heston) decide casarse por correspondencia para tener un hijo que herede su hacienda. A su esposa (Eleanor Parker), recién llegada de Nueva Orleans, no le resultará fácil adaptarse a la brusquedad del marido y a las costumbres de los nativos. Mientras, una terrible plaga de hormigas asesinas amenaza la región... (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2012
23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya pareja de guapos entre los guapos. Mis ojos, ya se sabe, se quedan absortos en el soberbio Charlton Heston, orgulloso, fuerte, de barbilla erguida y piernas abiertas. Claro que ella no se queda atrás: Eleanor Parker, la pelirroja más bella de Hollywood. Alguien la ha calificado de «turbadora», y creo que la palabra le encaja de maravilla. En fin, que con tanto atractivo en medio de la selva, normal que hasta las hormigas salgan como locas de sus escondites en dirección a la mansión Leiningen para comerse enteritos a estos dos.

Es verdad que «Cuando ruge la marabunta» tiene un estilo como muy aguado, rudimentario, con guión incluido que mezcla un poco sin ton ni son el romanticismo con la aventura, aunque admito que la parte de las hormigas me tiene más bien sin cuidado. Porque a mi lo que me interesa es el matrimonio Leiningen, que es lo importante, ¿o no?

Voy a confesar, además, así como a media voz, que el planteamiento me parece de lo más morboso, y es en esto donde radica el éxito de la película. La fantasía del apuesto desconocido está elevado aquí a su máxima potencia. Un desconocido al otro lado del mundo, valiente, poderoso y con la sensibilidad suficiente como para expresar su soledad y sus anhelos en largas cartas dirigidas su querido hermano. Pues, claro, la buena de Joanna empieza a imaginar, a idealizar, y va y medio se enamora de ese hombre sin rostro que, a la postre, resulta ser ni más ni menos que Charlton Heston. ¡Ah!, pero eso ella no lo sabe, y sólo lo sabrá cuando aparezca en su dormitorio, ya entrada la noche, con la ropa sudada, las botas de barro y el sombrero sobre la frente. Y Joanna, tan «asustadiza» que es según cómo se la mire, tiembla de anticipación ante ese desconocido, por fin presente, que es, a pesar de no haberse hablado, ni visto, ni sentido, su esposo, con todo lo que eso conlleva. El morbo, digo yo, que es evidente.

Es que me apasiona la situación, y comprendo y compadezco los celos amargos de Christopher, así como la impotencia de Joanna ante un fracaso que le duele, más allá de correcciones feministas o machistas. Porque esto es un juego ancestral y primitivo; un juego de seducciones y sugestión, donde hombre y mujer tendrán que aprender a amar y a afrontar sus miedos. Cuanta intensidad.

Una de esas pelis que no me canso de ver ni de disfrutar. Irresistible.
Kaori
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