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España España · Málaga
Voto de Kaori:
4
Animación. Aventuras. Fantástico. Comedia Merida, la indómita hija del Rey Fergus y de la Reina Elinor, es una hábil arquera que decide romper con una antigua costumbre, que es sagrada para los señores de la tierra: el gigantesco Lord MacGuffin, el malhumorado Lord Macintosh y el cascarrabias Lord Dingwall. Las acciones de Merida desencadenan el caos y la furia en el reino. Además, pide ayuda a una sabia anciana que le concede un deseo muy desafortunado. La muchacha tendrá que ... [+]
22 de febrero de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hagamos una separación. Una cosa es ser princesa de un reino; otra, los valores que se inculcan y una más los matrimonios concertados. Tres cosas distintas y no necesariamente unidas.

En «Brave» las unen sin compasión, así que esto te mosquea un poco. Primero, ser princesa es estupendo, ¿por qué insisten en que es una condena? Porque queda mejor, desde luego, pero no porque muy en el fondo de nosotras mismas queramos dejar serlo. Pixar nos pretende hacer creer que una princesa no puede cabalgar o que tiene una vida aburrida y anodina, cuando seguramente es todo lo contrario. Repito: Merida, que es tan chula y tan independiente, es posible que no hubiera aprendido ni a montar a caballo ni a tirar el arco si no tuviera un padre rey y una madre reina. Si no viviese lo bien que vive, no estaría pensando como una borrica en llevar la melena al viento y el daño que le hace el corsé. Nimiedades sin importancia típicas de adolescentes rebeldes sin cabeza alguna.

Segundo, que una madre te enseñe modales, cultura y a ser una persona aseada (¡oh, qué represión más grande!) no es motivo de queja. Claro, para la adolescente rebelde sin cabeza alguna, sí que lo es, porque para ella cualquier enseñaza y crítica es una ofensa. Para los que pasamos, si es que la tuvimos, esa etapa de la vida, esta reina Elinor nos parece estupenda, todo un ejemplo de madre y mujer, admirable desde todos los puntos de vista, así que la compadezco por tener que aguantar a esa familia plebeya aunque con corona que le ha tocado en suerte. Sobre los matrimonios concertados, tema en el que sí le doy la razón a Merida, hacen la trampa de toda la vida: ponen a unos pretendientes horribles, a cual peor, que no representan para nada el ideal principesco. Me pregunto qué hubiera pasado si entre alguno de ellos hubiera habido un joven apuesto y de valía, a ver qué hacía Merida.

«Brave», sin embargo, no es una historia romántica, sino dramática, con poco humor y mucha tensión familiar. Creo que todos los niños se aburrirán como ostras durante la primera hora mínimo, porque estos conflictos generacionales no les interesan en absoluto, y creo que a mí tampoco. La historia gira dudosamente hacia lo mágico y termina con combates y alguna lagrimita de la hija arrepentida y la amorosa madre, cosa que admito que se hace con sensibilidad.

Yo a la reina Elinor le diría que, por favor, no cambie nunca.
Kaori
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