Thriller nada convencional pese a las apariencias esta «No hay salida», título un tanto repetitivo y sin mucho gancho, aunque defina bastante bien la situación, no sólo del protagonista, sino diría que de todos los personajes, enredados en una tela que ni ellos mismos saben de dónde les cae ni quién se la lanza.

A Roger Donaldson le queda poco que hacer cuando cuenta con un reparto tan excepcional, que posee vida propia y crea Cine por sí mismo. Me refiero al trío masculino formado por Gene Hackman, de quien ya sabemos todos la clase que tiene, irrefrenable, espontánea, naturalísima; Will Patton, espeluznante, arácnido, tremebundo en ese amor apasionado y extenuante hacia un hombre imposible; y Kevin Costner, que luce físico, carácter y nervios sin perder la elegancia. Sólo por ellos, bien vale la pena ver «No hay salida».

La película tiene una primera hora más bien pesada, con escenitas en limusinas un tanto disparatadas, y en la que creemos que la trama no sabe muy bien hacia dónde va; pero sí lo sabe, lo sabe de sobra, y la historia toma un rumbo progresivo, estresante, deliberadamente abierto y con un desenlace que es posible que sea uno de los más sorprendentes que el género ha dado. Te deja sin palabras y casi te obliga a revisar toda la película. Eso sí que es intriga y no la de otras «maravillas» en blanco y negro o technicolor de algún director archifamoso. No hace falta dar nombres.

Un rompecabezas de piezas diminutas y necesarias que te mantendrá pegado al asiento. Adulta, seria y compleja. Para qué pedir más.